Retoñan huertas escolares programa con colegios rurales en Neira

Jorge Iván Castaño

LA PATRIA | Neira

Jesús David Avendaño es un estudiante de grado 10 en un colegio rural en Neira. Además de aprender matemáticas, español, inglés, el joven con sus compañeros se vuelven diestros en castrar marranos, en ordeñar y sembrar cultivos de hortalizas.

Los alumnos de la I.E. El Roble y de la I.E. Cantadelicia tienen la posibilidad de participar en el programa de Huertas escolares, en las que les enseñan y ponen en práctica labores agrícolas. "También contribuye a que los jóvenes no dejemos el campo", indica Jesús David.

La huerta es un espacio cultivado en terrenos de propiedad del mismo centro educativo. Dentro del pensum académico hay una clase que se llama agropecuarias.

Eso facilita las lecciones sobre cultivar vegetales, legumbres, plantas medicinales, frutas, flores. Es un espacio en el que aprenden a sembrar y a cosechar.

Los alimentos producidos son utilizados en las mismas familias. En algunos establecimientos también se tiene el sistema de granjas y se crían animales como gallinas conejos, cabras, cerdos etc.

Proceso

Los convenios se efectúan con la Alcaldía, por medio de la Secretaría de Desarrollo Rural, la cual provee a las instituciones de semillas con las que se establecen proyectos productivo-pedagógicos. El programa es denominado Huerta que ríe.

Se explica que el propósito es fortalecer un poco actividades de viejos tiempos cuando de las mismas escuelas surtían mercados de pueblos con dispensa agrícola.

Añadieron: "Con la ventaja que estos productos que se producen desde la huerta escolar son completamente naturales y libres de químicos. Los estudiantes lo que hacen en la escuela es trabajar una agricultura orgánica y limpia de contaminantes".

El profe del área de Agrícola, de la I. E. Cantadelicia, Andrés Mauricio Quintero, explica que en el proyecto involucran a la comunidad educativa. Esto les permite a los docentes orientar la implementación, desarrollo y manejo de cultivos saludables con propósitos alimenticio, educativo y recreativo.

En El Roble Felipe Aristizábal está a cargo del plan que tiene también como misión la de reactivar la seguridad alimentaria.