La profe Lina Marcela que mezcla tecnología y saberes

LAURA SÁNCHEZ

LA PATRIA | MANIZALES

Es licenciada en Biología y Química, es narradora y es la mejor docente de Manizales 2021, homenajeada con la Orden Eladia Mejía, o puede ser simplemente Lina Marcela Buitrago Charlarca, docente de grado sexto en el colegio Mariscal Sucre.

Mientras atiende a la entrevista de LA PATRIA, alista sus maletas y sus argumentos para su estancia doctoral en Panamá, irá a aprender y a reforzar su defensa de tesis de aula stem (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Su tiempo está comprometido, el premio fue un escalón alcanzado con sus alumnos y compañeros docentes, con los que después del reconocimiento tenía que seguir trabajando. Luego la estancia doctoral y después esta entrevista.

Antes de hablar ha dejado claro que ella no es la protagonista, lo son el colegio y sus estudiantes. Pero es inevitable que aunque se despoje de egos, sobre ella recaiga su dedicación, producto de años de trabajo y sueños.

"Toda la vida he sido del barrio Minitas, mi papá vendía maní y mi familia era de escasos recursos, me esforzaba mucho por mantener una beca en el Colegio de Cristo. Mis compañeros terminaron aprendiendo más de mí, mi casa se llenaba de varios de ellos para que les explicara", narra Lina Marcela.

Esos fueron sus comienzos como maestra, sin planearlo mostró habilidades. Aunque la escritura se atravesó en sus planes, volvió al aula: "Mi papá creía que iba a ser guionista, que iba a escribir libretos. Le dije que eso no me gustaba y me inscribí a la licenciatura en la Universidad de Caldas".

El relato, que también comenzó a temprana edad, se mantiene. Es licenciada y es una buena narradora oral. Porque durante esta conversación fuimos a su primera experiencia como docente en el colegio Boston (Chinchiná), luego a La Celia y Marsella (Risaralda), y volvimos al Marisal Sucre, con una escapada breve a Cali, en donde también trabajó.

"En Boston mis estudiantes tenían más años que yo. Uno va mostrando de lo que está hecho en la medida que va interactuando en el aula. De Chinchiná me fui para Cali, fue una experiencia muy chévere porque encontré otras habilidades en niños de los barrios Aguablanca y Terrón Colorado".

Tenía 25 años y un año de egresada de la licenciatura: "La gente cree que el único que tiene para enseñar es el docente, pero uno aprende de los muchachos. Uno pierde la capacidad de asombrarse, de observar, de ser creativo y uno encuentra eso en los estudiantes. Por eso como educadores tendremos un alma joven".

Sigue la ruta

Se postuló al magisterio y La Celia (Risaralda) fue el comienzo. Cuando escuchó La Celia, echó mano a un mapa para ubicarla, no sabía en dónde estaba, pero allá iba a estar.

"Llegué un Día del Maestro. Buscando hotel en un municipio en el que no había hoteles. Me alquilaron una habitación encima de una discoteca. Fui profesora de informática y ejecuté el programa Computadores para Educar. Jugué voleibol, hice un curso de culinaria y participé del sindicato para estudiarlo y actualmente integro el Comité Operativo de la Mujer, en el sindicato Educal", indica Lina Marcela.

Después de nueve años volvió a Marsella en donde participó del programa Ondas, de Minciencias. Pasó por el colegio Santo Domingo Savio, en Manizales y después en el Mariscal Sucre, de barrio Minitas, en donde con las maestras Clemencia y Luz Alba crearon un semillero para construcción de app, estaban en sexto y ya se graduaron este año.

Había un Virtual Educa, encuentro de innovación educativa organizado por la Organización de Estados Americanos. Ella no fue seleccionada hasta que hizo una llamada: "Soy Lina Buitrago y yo quiero ir allá, me gusta la tecnología para aplicarla en el aula. Me dieron un cupo y yo pagaba los viajes. De eso aprendí mucho, trajimos lo de laboratorios virtuales y aulas amigas".

Esto habla mucho de ella. Inquebrantable, insistente si de aprender y enseñar se trata. "Siempre me sobran muchos deseos de aprender, de llevarles cosas diferentes a los muchachos. Cuando llegué lo apliqué con el grado sexto".

Fotos | Cortesía para LA PATRIA

De derecha a izquierda Mónica Restrepo Montes, educadora especial del Grupo de apoyo; Emanuel Tabares, estudiante grado sexto; Marcela Ortiz, mentora del British Council, y Lina Marcela Buitrago Chalarca, en el encuentro de Code Fest en el 2019.

Aula stem

Un grupo de niños caracterizados por alguna discapacidad cognitiva y psicosocial recibió de mejor forma el aprendizaje stem. En el evento Code Fest, del 2019, se midió el talento de los estudiantes. Era solo un estudiante que podía asistir a Bogotá y la rifa la ganó Emanuel Tabares Bernal, quien también ganó el tercer puesto en la categoría de Compromiso y dedicación, por desarrollar pensamiento computacional y resolución de problemas.

"Esto ha sido un reto para llevar a los estudiantes algo innovador en el aula de clases. Es reflexionar para que sea algo diferente y significativo. Es una oportunidad para unir fuerzas con otros docentes. En el 2019 también estuve postulada y en el auditorio me di cuenta de que la gente hace cosas maravillosas en el aula", expresa Lina Marcela.

Ahora está enfocada en avanzar más, enfocarse en investigación acción. "Quiero desarrollar pensamiento computacional y pensamiento crítico para mejorar las competencias de los chicos en ciencias naturales. Me veo en unos años capacitándome más para los muchachos".Y eso es lo que realiza en su instancia doctoral, que ajusta su primera semana de reflexiones académicas.

¿Qué es educación stem?

Por sus por sus siglas en inglés es el acrónimo de Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).