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LA PATRIA | MANIZALES
La palabra de Rubén Sierra Mejía se quedará pegada en la memoria de sus estudiantes, de sus amigos y en los libros que recogen su pensamiento crítico.
Nació en Salamina y falleció en Bogotá el pasado domingo. Realizó sus estudios de Filosofía en la Universidad Nacional, donde empezó su acumulación de ideas y de libros con las que ya traía de Salamina.
El profesor Alejandro Patiño y amigo suyo recorre en la memoria sus conversaciones para traer anécdotas de su vida:
“En Bogotá tuvo como Profesor a Juozas Zaranka, quien fue un emigrante lituano y quien lo formó en la cultura griega, dice: “Del profesor Zaranka se puede decir que era un verdadero sabio de la filología clásica. No era sólo conocedor de la lengua griega y latina; también lo era de las respectivas culturas, de su historia y de su literatura”.
También fueron profesores suyos tanto Danilo Cruz Vélez como Jaime Jaramillo Uribe, y de ellos expresa: “Fueron profesores de quienes puedo decir recibí influencias en los campos del saber a los que le he puesto atención, bien sea como profesor o como escritor”.
Patiño comenta que con sus equipaje cultural salamineño se ocupando momentos importantes en el ambiente intelectual bogotano y tejiendo amistad con Gustavo Cobo Borda, Giovanni Quessep, Mario Rivero y Jaime García Maffla. Con Jaime Jaramillo Uribe se interesó por el pensamiento colombiano, tema al cual estuvo dedicado en los últimos 20 años de su vida.
“Debo advertir que es uno de los pocos filósofos que se ha dedicado a este tipo de reflexión, reflejándose de esto que es muy difícil trazar un límite claro entre la filosofía y los otros saberes. A través de los tres profesores mencionados, encontramos en Sierra Mejía tres campos de la cultura que le interesaron durante su vida: la literatura, la filosofía y la política, además del gusto por el arte”.
Su amigo también anota aportes en la traducción de libros al inglés y al francés, a artículos de filosofía y de historia que aún no tenían versiones en español. No solo fue traductor sino que ejerció con precisión su labor como editor y traductor. Patiño asegura que sus objetos de reflexión fueron infinitos como el mar, siempre lindaron entre la filosofía, la literatura, el análisis del pensamiento colombiano, el análisis de la cultura y el arte.
“Podría afirmar que tenía una visión universal de lo particular como se refleja en sus escritos, en su vida y en su extraordinaria biblioteca. Digo esto no solo por la cantidad de volúmenes que constituían sus estantes sino por la calidad de cada uno. Preocupado siempre por la estética de la edición, por la buena traducción y por la diversidad de temas. Podría afirmar que su capital fueron sus libros o como lo dijo espontáneamente en alguna ocasión”: 'Mis semovientes son mis libros'.
Hernando Salazar Patiño
En el 2016, en un homenaje en Salamina a Sierra, Hernando Salazar escribió el discurso El filósofo Rubén Sierra-Mejía. Aquí unas palabras:
“… Porque Sierra Mejía es un filósofo que sigue siendo escritor, como pocos dentro del campo de la filosofía colombiana y de América Latina, que con Danilo Cruz Vélez, otro caldense que supo que el bien escribir proviene del bien pensar, han dado entidad a una forma del decir filosófico, digamos clásica, por el manejo del idioma, pero sobre todo, porque con la magia de un estilo transparente, preciso y por ello, hermoso, el proceso de esclarecimiento de la filosofía se reviste de una especial lucidez.
Es por eso que para esas relaciones entre la filosofía y la literatura, pocos en nuestro medio tan autorizados como Sierra para entrelazarlas, dilucidarlas, profundizarles y revelarles ese sentido que los encasillados no logran percibir. Nos ha dado adelantos en ensayos publicados en revistas, en los consagrados a Borges, en el libro “La responsabilidad social del escritor”, al indicarnos cómo un “libro de Foucault, oculta tras su prosa brillante y alegre, pero rigurosa, un penoso trabajo de reflexión y sapiencia” y sabe que se echa en falta estructurar, orgánica o sistemáticamente, cuánto hay de filosófico, en los seres, las cosas, las tramas, las concepciones de un mundo muy humano, en aquellas obras literarias que de repente nos sitúan o nos desitúan en el por qué y el para qué del estar aquí...”.
“Para fortuna de Caldas fue de los mejores filósofos que ha dado el país, incluido Danilo Cruz. Ellos ubicaron su diálogo como muestra del mejor talento de ambos. Es una lástima la muerte de Rubén, precisamente por su talento”. Javier Vélez, filósofo y amigo.
Algunos datos
Nombre: Rubén Sierra Mejía
Lugar de nacimiento: Salamina
Fecha: 12 de julio de 1937
Bachillerato: colegio Pío XII (1958)
Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá
Postgrado en la Universidad de Munich (Alemania)
Profesor y decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Caldas. Docente en las universidades de los Andes y Universidad Nacional de Colombia.
Algunas publicaciones:
*Ensayos filosóficos (1978)
*Epiménides, el mentiroso (Selección, traducción y prólogo, 1980)
*La filosofía en Colombia (1985)
Semblanza completa del profesor Alejandro Patiño
Debo aclarar que además de haber participado activamente en estos seminarios como coordinador, Sierra Mejia fue el Editor de la publicación de los tomos que acabo de mencionar. Además, de haber sido editor de diversidad de publicaciones de revistas muy reconocidas en Colombia y de trascendencia internacional.
Cuando ejerció la Docencia en la Universidad Nacional dirigió tanto la revista Colombia de Filosofía: Ideas y Valores como la Revista de la Universidad Nacional. También dirigió la Revista: Gaceta de Colcultura. No olvidemos que expresar que también ejerció la Docencia en la Universidad de Caldas, del Valle y de los Andes.
En varios momentos me manifestó que en la labor como Editor tuvo grandes satisfacciones con el contacto permanente con los escritores, con los artistas y con Profesores de diferentes áreas.
Dentro esta labor de difundir el saber me veo obligado a destacar la labor que cumplió durante tres años como Director de la biblioteca Nacional de Colombia. De esta Biblioteca también fue Director el Maestro Carlos Enrique Ruiz, a quien le debemos reconocer su constante dedicación a difundir la cultura Universal como director de la revista Aleph y quien durante su Rectoría en la Universidad de Caldas lideró el reconocimiento a concederle el Doctorado a Danilo Cruz Vélez, Jaime Vélez Saenz, Rubén Sierra Mejía y José Fernando Isaza. Para ello es oportuno recordar que la Universidad de Caldas publicó en el 2003 el libro: Lecciones de Doctorado honoris Causa, el cual consta de las resoluciones del Consejo Superior destacando la labor de los cuatro caldenses citados y las palabras que anteceden a cada discurso de los homenajeados del Maestro Carlos Enrique para cada uno de ellos (citar libro) y el discurso Del Doctorando Honoris Causa.
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