Columna: Quedarnos en El Silencio

CAROL VANESA GIRALDO*

Soy Carol Vanesa Giraldo López, tengo 15 años y vivo en la vereda El Silencio, en Pensilvania. Mis antepasados fueron prácticamente los colonizadores. Mi papá, Ramón Herminsul Giraldo Arboleda, ha vivido aquí durante toda su vida. Su hermano Rosember Giraldo Arboleda también vivió un tiempo aquí, pero abandonó su finca por causa de la violencia.

Mi papá también fue víctima de la violencia de la guerrilla, pero a pesar de eso no dejó la finca y se quedó luchando por no dejar perder lo que tanto le ha costado.

Hace dos años mi tío Rosember salió beneficiado en el programa de Restitución de Tierras, debido a ello hemos tenido muchos problemas porque nuestra casa queda en la finca de él, y Restitución le ha pedido que nos obligue a desalojar nuestra casa.

Es muy injusto ya que papá lleva toda su vida aquí, y yo he sido testigo de todo lo que él y mamá han sufrido para sacarnos adelante a mi hermano y a mí, ya que la vida acá no ha sido fácil porque el acceso a la vereda es complicado y no hemos tenido ayuda de ninguna institución.

Además que papá también fue víctima de la guerrilla de las Farc, ahora está siendo víctima del Estado y de su propio hermano, porque el tío Rosember dijo que habíamos quedado de cuidanderos con tal de sacarnos, a sabiendas de que hemos vivido toda la vida en esta casa.

Esta vereda queda entre el Parque Nacional Natural Selva de Florencia, y por eso mamá y papá le han pedido a Parques Nacionales una solución, y ellos dicen darnos una, pero son solo engaños, porque a ellos lo único que les interesa es que salgamos dejando la finca abandonada, para no tener que invertir un solo peso por ella.

Hemos buscado ayuda en la Alcaldía de Pensilvania, pero nos dicen que ellos no pueden hacer nada. De hecho hace algunos años la Secretaría de Educación de Caldas intentó cerrar la escuela, pero a papá le tocó poner una tutela y gracias a eso pudimos estudiar.

Yo he vivido toda mi vida aquí, amo este lugar y me duele que nos quieran obligar a salir y a regalar nuestra casa y finca. Nosotros lo único que queremos es que nos den una solución, ya sea que compren o nos dejen tranquilos.

“Yo he vivido toda mi vida aquí, amo este lugar y me duele que nos quieran obligar a salir”.

*Estudiante de la I.E. Guacas, sede El Silencio (Pensilvania).