En la Comisión de Concertación salarial, conformada por empresarios, trabajadores y el Gobierno Nacional, comenzaron a sentirse las tensiones propias de la puja que se tendrá en los próximos días alrededor del salario mínimo para el 2017 en Colombia. Hasta el momento solo las centrales obreras han lanzado una cifra a la que aspiran y que ya unificaron en el 14%, la cual está muy lejos de las posibilidades realistas. Hay que tomar en cuenta la caída en el crecimiento de la economía y la necesidad de trabajar el año entrante en reactivarla, evitando costos elevados en la mano de obra, por ejemplo, y porque también podría venir un retroceso en la lucha contra el desempleo.
Ahora bien, con la inflación del 0,11% en noviembre, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), se llega a un acumulado del 5,31% en los primeros 11 meses del 2016, lo que marca una diferencia a favor con respecto a lo ocurrido en el 2015, cuando a estas alturas la inflación estaba en 6,11%. Así las cosas, este año podría cerrar con un Índice de Precios al Consumidor (IPC) cercano al 5,5%, cifra que será clave para establecer el nuevo salario mínimo, dependiendo además del indicador de productividad laboral que se calcula en cerca del 0,6%.
Además, como la meta del Banco de la República para el 2017 es que la inflación no se incremente más allá del 4%, el Emisor y el propio Gobierno Nacional tratarán de evitar que aparezcan variables que puedan afectar dicha aspiración, y un salario mínimo por encima de tal ecuación podría jugar en contra de tal objetivo. Sin embargo, si una economía pretende crecer a un mejor ritmo y de manera sostenida debe tender a elevar el ingreso de la gente, para que los distintos sectores económicos se fortalezcan por la vía del consumo interno.
La petición de las centrales obreras se entiende como una pretensión para iniciar las negociaciones, pero podría dejar las distancias para arrancar a discutir mucho más lejos que en los años recientes, y por eso podría ocurrir como el año pasado, cuando después de intensas rondas de negociaciones al final el Gobierno Nacional decretó el nuevo salario mínimo, al evidenciar que no habría acuerdo. Lo que sí es cierto es que el año pasado hubo un desfase entre dicha alza y la inflación final del 2015, por lo que el ajuste no logró compensar el nivel de incremento del costo de vida.
Esta vez hay un asunto de coyuntura que va a influir en el resultado de las negociaciones. Se trata de la Reforma Tributaria que comenzó a hacer su tránsito en el Congreso de la República y que debe ser aprobada durante las sesiones extras que se tendrán este año. De acuerdo a lo que sea aprobado en el nuevo esquema de gravámenes, las discusiones en la Comisión de Concertación tomarán diferentes rumbos. Ahora bien, la invitación de la ministra de Trabajo, Clara López, a que los trabajadores y los empresarios se pongan,respectivamente, en los zapatos de los otros, puede llevar a que se logre un resultado inesperado.
La atención está puesta en el próximo 15 de diciembre, cuando se hará el primer cierre de la mesa de negociaciones, y en el caso de no tenerse acuerdo podríamos volver a mínimo por decreto del gobierno. Aunque los empresarios aún no han revelado su oferta, diversos estudios privados de Human Capital prevén que el salario mínimo del 2017 podría incrementarse entre un 6,3% y un 7%. Sin embargo, esas son solo especulaciones, y tendremos que seguir pendientes de lo que ocurra en la Comisión de Concertación.
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