Urgencias de la salud

El cierre del servicio de urgencias, la semana pasada, en la Clínica Celad de La Dorada prendió las alarmas  acerca de las necesidades del sector de la salud en los diferentes municipios de Caldas, y las posibilidades de que en la red pública se presenten situaciones de congestión que desmejoren los servicios. En el caso concreto del puerto caldense todo el peso cayó sobre el Hospital San Félix, a donde antes solo llegaba el 70% de las urgencias y ahora las debe atender todas, con la necesidad de ampliar el número de camas, infraestructura y  cuerpo médico.

Para hacerle frente a este problema, y prevenir otros de la misma característica que podrían sumarse en las demás poblaciones del Departamento, la Dirección Territorial de Salud declaró la urgencia hospitalaria, lo que permitirá la rápida inversión de recursos para poder hacerle frente a la exigente demanda de los pacientes.

En el caso del Hospital San Félix, por fortuna, desde hace un tiempo se tenía previsto ampliar el servicio de urgencias, por lo que solo se espera agilizar la ejecución del proyecto.
Esperamos que las nuevas inversiones previstas para la compra de 20 ambulancias, equipos biomédicos, infraestructura de salas de urgencia y dotación, así como en el pago de pasivos en riesgo en algunos hospitales, no se queden en anuncios, y que sea cierto que para el año entrante haya una inyección de recursos cercana a los $20 mil millones o aún más, para que el preciado bien de la salud en los diferentes municipios llegue a los niveles de cobertura y de calidad que se necesitan.

Si este proyecto avanza a la par con el desarrollo de la campaña Cuídate Cuídame que hoy será presentada por la Territorial en el Centro de Convenciones Teatro Los Fundadores, en unos años el panorama de la salud podrá ser positivo. La realidad hoy, sin embargo, es que la población de la región padece enfermedades recurrentes, causantes de numerosos casos de muertes que pudieron ser prevenidas, pero que conductas malsanas las siguen manteniendo como males para nuestra salud departamental.
 

Entre estas problemáticas hay que contar 53 mujeres fallecidas por cáncer de cérvix, otras 53 por cáncer de mama, dos muertos por dengue, cerca de 60 quemados con pólvora cada año, además de serios problemas de obesidad en adultos y de bajo peso en menores de 5 años de edad. Es fundamental fomentar los mensajes de prevención, autocuidado, autoestima y hábitos saludables para que estas cifras se vean, ojalá, reducidas a cero.

En un informe publicado ayer en este diario resaltamos testimonios de personas que en los diferentes municipios desarrollan conductas que permiten evitar que esas enfermedades entren a sus casas, y que por el contrario se conviertan en ejemplo de cómo debe actuarse para cerrarles las puertas. Todos debemos emprender caminos similares, con el fin de generar una cultura de la calidad de vida y conductas de higiene básicas. En esto las campañas oficiales son esenciales, pero lo vital es la actitud proactiva que se asuma desde los hogares.
 

Hay problemas de salud pública que también están relacionados con factores de inseguridad, como el consumo de sustancias psicoactivas, licor y tabaco entre menores de edad, lo cual requiere así mismo estrategias que logren penetrar en las raíces de tales problemas en las familias y hallarles remedios. En Caldas padecemos niveles muy altos en estas materias, y nos da la impresión de que las autoridades no han hecho lo suficiente para atacar estos comportamientos malsanos y lograr que los jóvenes asuman conductas más saludables para ellos mismos y para la sociedad.