El saliente gobernador de Caldas, Julián Gutiérrez Botero, se comprometió esta semana a dejar la deuda del departamento en $90 mil millones, con lo que el próximo mandatario, Guido Echeverri Piedrahíta, tendrá margen de maniobra presupuestal para no solo seguir saneando las finanzas, sino también para poder invertir en proyectos que resulten productivos para la región. En su rendición de cuentas, Gutiérrez recordó que cuando llegó a la Gobernación, hace 26 meses, la deuda estaba en $284 mil millones, lo que evidencia una disminución por cerca de $200 mil millones.
Cuando los caldenses tomaron la determinación, en agosto del 2013, de elegir a Gutiérrez como su nuevo mandatario, eran conscientes de las dificultades presupuestales con las que recibía la administración, después de que su antecesor, el mismo Echeverri, optó por ingresar al departamento en la Ley 550, como una forma de comenzar un proceso de depuración de las cuentas, las cuales habían llegado a un punto crítico cercano a la quiebra. Aún así, durante estos dos años largos se ha visto que el actual gobernador no solo ha ordenado más esas cuentas, sino que ha realizado una gestión decorosa en los distintos sectores, con inversiones en obras de infraestructura y en asuntos sociales.
De la misma manera, es justo reconocer que entidades como Inficaldas, Empocaldas y la Industria Licorera de Caldas (ILC), que cruzaban por graves dificultades cuando llegó, hoy tienen al frente un panorama más claro, por lo que confiamos en que ahora que llega un nuevo gobernante, con un mandato contundente de los caldenses para ser el líder del departamento, se siga avanzando con mayor fortaleza e impulso por las sendas de la recuperación y el crecimiento.
En el caso de la Licorera, después de varios años aciagos fue posible una estabilidad y la perspectiva de un crecimiento sostenido, con unas utilidades en aumento. Si bien será difícil regresar a las cifras que se manejaban hace una década, la posibilidad de que se siga dando un manejo juicioso y que, además de los ajustes administrativos se impulsen procesos de comercialización de las marcas propias en forma exitosa, podría hacer que en cuatro años se recupere el calificativo de banco del departamento.
También es destacado que, después de un momento tan complicado como el que le tocó vivir recientemente a Empocaldas, con un funcionario que no se quería desprender de la gerencia, y quien tomó decisiones equivocadas, ahora se anuncie que terminará el 2015 con utilidades cercanas a los $3.260 millones, lo que evidencia que puede ser una empresa rentable y que la ruta de crecer y seguir dando dividendos está a la vista.
Con Inficaldas las expectativas no pueden ser menores, cuando ya está en el horizonte la puesta en marcha de la hidroeléctrica El Edén, en la que hizo una importante inversión estratégica. Al Infi, así mismo, gracias a la mejora en su calificación de riesgo crediticio, se le abren nuevas posibilidades que deberá aprovechar muy bien. Los activos productivos deberán ser su enfoque, para que se consolide como el músculo financiero de Caldas.
La rendición de cuentas del gobernador Gutiérrez es satisfactoria. Solo esperamos que su remate corresponda a lo que ha hecho hasta ahora y que lleguen tiempos de mayor optimismo para los caldenses. Hay muchas necesidades en todos los puntos de la geografía departamental, y es preciso impulsar obras que tengan impactos significativos para el futuro, eso también debe comprometer al mandatario que llega a no ser inferior a las expectativas que todos los habitantes de esta región tienen en su gestión.
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