El Congreso de la República llega hoy al arranque de una nueva legislatura, en medio de un desprestigio creciente que se agudizó con lo ocurrido en la aprobación y posterior hundimiento de la reforma a la justicia, y que ahora está en pleno furor con la escogencia de quien será el nuevo secretario de dicho organismo. Después de todo lo que ha ocurrido en el Parlamento, no será fácil para sus miembros sacudirse la mala imagen con la que la mayoría de colombianos hoy califican a quienes permanecen en el Capitolio Nacional.
Hoy también serán conformadas las nuevas mesas directivas de Senado y Cámara, y existe gran expectativa acerca de quiénes serán los encargados de guiar al Congreso de la República durante el próximo año, ante el trabajo gris desarrollado por quienes entregan sus cargos. De igual manera, serán conformadas las distintas comisiones temáticas, con lo que al final del día sabremos en qué posiciones y con qué responsabilidades quedarán los representantes a la Cámara y los senadores de Caldas, quienes desde los diferentes ámbitos podrían jugar papeles importantes de apoyo a iniciativas regionales.
El ambiente está enrrarecido, tanto para el Gobierno como para el Congreso, y por eso tendrán que andar con pies de plomo en cada una de sus decisiones, si no quieren que crezca el descontento de la ciudadanía, que no aceptará más disculpas como las que tuvimos que escuchar recientemente, tales como que los orangutanes se filtraron porque las cabezas de Cámara y Senado no leyeron los textos conciliados. De hecho, la simple escogencia de secretario del Congreso ha subido la temperatura, y ni la renuncia a la reelección del controvertido Emilio Otero ha refrescado el ambiente.
La que viene será una legislatura complicada, sobre todo para el Gobierno Nacional, que además de tener que tramitar temas tan complejos como una reforma del sistema pensional, deberá observar la pertinencia de reiniciar un debate en torno a un nuevo proyecto de reforma a la justicia, aunque la nueva ministra de ese ramo, Ruth Stella Correa Palacio, ha dicho que para hacer los cambios que en dicha materia se requieren en el país no es necesario tramitar reformas constitucionales.
Además, se espera que el Gobierno presente un proyecto de reforma tributaria, que apuntaría a realizar ajustes estructurales al aparato impositivo colombiano, más que a buscar ampliar el recaudo. También se discutirá la venta de 10% de la participación del Estado en Ecopetrol, la ley que reglamenta la distribución de las regalías entre municipios y departamentos, la dilatada reforma a las corporaciones autónomas regionales CAR y, desde luego, el Presupuesto General de la Nación para la vigencia 2013, entre otras muchas iniciativas.
Es un momento político complejo, en el que la administración del presidente Juan Manuel Santos también es cuestionada por aflojar en materia de seguridad, y cuando el conflicto en el Cauca toma ribetes insospechados. Con mucha responsabilidad, así mismo, tanto el Gobierno como el Congreso deben acoger el clamor general en el sentido de lograr que los cambios en el sector de la salud no se queden en lo cosmético, sino que trascienda hacia los remedios de fondo.
Esperamos que durante la nueva legislatura que comienza no se repitan los tristes episodios de corruptela que hemos tenido que presenciar recientemente. El desafío del Congreso es recuperar la credibilidad, y para ello tiene que comenzar por no volverse a equivocar en quienes presidan ambas cámaras, que la seriedad de los escogidos sea prenda de garantía de que se va a corregir el rumbo.
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