Una interinidad inconveniente

El Tribunal Contencioso Administrativo de Caldas declaró ayer la nulidad de la elección del abogado Guido Echeverri Piedrahíta como Gobernador de Caldas, en un fallo de primera instancia cuyo sentido si bien no era previsible, sí era una de las posibilidades que se habían barajado, razón por la cual no hubo mayores sorpresas. Hasta el propio mandatario reaccionó con tranquilidad y expresó que acepta el fallo con “humildad democrática”.

El proceso surge de la demanda presentada por los abogados Carlos Arturo Clavijo y Pilar Ruiz Castaño, cuyo argumento es que Echeverri no podía ser candidato debido a que su esposa, Ana María Jaramillo, fue secretaria de Hacienda encargada de Manizales, en dos ocasiones, durante el año anterior a las elecciones. Con las mismas razones, antes del pasado 30 de octubre del 2011, Ruiz Castaño había presentado una demanda en contra de Echeverri ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), la cual fue rechazada por los magistrados.
 

De todos modos, los abogados de Echeverri apelarán la decisión buscando que sea el Consejo de Estado el que emita el dictamen definitivo acerca de los hechos por los cuales su elección está en entredicho. La defensa asegura que la señora Jaramillo no firmó documentos relacionados con asignación de recursos o de personal, lo que no inhabilitaría a su esposo. Mientras que el alto tribunal se pronuncia pasarán, seguramente, varios meses, tiempo que no será fácil para el Gobernador, quien va a tener que afrontar problemas de gobernabilidad que ojalá el mandatario sepa manejar, para así evitarle nuevos perjuicios al departamento.
 

Resulta muy triste para Caldas que en menos de un año la administración haya pasado por tantas manos. Recordemos que a finales del año pasado, debido a una decisión de la Procuraduría, el entonces titular Mario Aristizábal Muñoz tuvo que retirarse del cargo, razón por la cual el viceministro del Interior, Juan Fernando Londoño, estuvo de encargado durante varias semanas. Mientras tanto, el Presidente de la República analizó una terna presentada por el partido liberal, de la cual al final fue escogido Francisco José Prieto como gobernador encargado, quien le entregó el poder a Echeverri.

Si se confirma el fallo contra la elección del actual Gobernador, tendría que comenzar una nueva campaña política para escoger a su remplazo, lo que sería sin duda un desgaste adicional para el Departamento, no solo en materia de recursos para financiar el proceso sino en atraso en las ejecutorias de gobierno. Sin embargo, si legalmente se demuestra la inhabilidad del mandatario no hay otra salida democrática que elegir a un nuevo gobernador que no tenga ningún obstáculo legal para llegar al principal cargo del departamento.

Independientemente de la buena gestión que viene realizando Echeverri al frente del departamento, devolviéndoles la confianza a los ciudadanos en sus gobernantes, lo fundamental es que el proceso legal se defina con rapidez para que Caldas cuente con la certeza de tener un mandatario sin impedimentos. Hay muchos procesos que no se pueden detener y en los cuales el actual Gobernador ha dado pasos importantes, por lo que la interinidad en que queda su mandato mientras se surte la apelación ante el Consejo de Estado es inconveniente, y por lo tanto ojalá que sea breve.

Este caso lleva a reflexionar acerca de la importancia de que los virtuales candidatos a un cargo público analicen a fondo los posibles problemas que podrían presentarse en caso de ser elegidos, si existe alguna duda acerca de la validez de su designación. Si bien Echeverri asegura haber hecho tal estudio, tal parece que también decidió correr un riesgo que ahora tiene en vilo a todo Caldas, y el cual pudo evitarse.