Cuando Manizales empezó a pensar en serio la posibilidad de ser turística contrató un estudio, a través de Infimanizales, el cual debe aún reposar en los anaqueles del banco de segundo piso, al lado de otra cantidad de recomendaciones por contrato, pero del que pocos han echado mano. Ese trabajo concluyó que la ciudad tenía que hacer muy poco para crear atractivos, pues ya los tenía a su alrededor, unos nueve sitios identificados como ecoparques o en vía de serlo que atraerían a visitantes amantes de la naturaleza, pajarólogos, algo que ya se hace de manera muy incipiente, y a caminantes, entre otros.
En días pasados LA PATRIA hizo eco de la idea que tiene el Instituto de Cultura y Turismo de Manizales de revivir la Red de ecoparques, pero allí solo aparecen tres posibilidades y se incluye la Torre al cielo, que de ecológica tiene muy poco, pero es la mejor decisión después del fiasco que resultó el privado al que se la entregaron para su explotación, el mismo que en unos cuantos meses por poco acaba con el ese sí ecoparque Los Yarumos. A propósito de este lugar, ya cuenta con el teleférico, luego de un retraso de seis meses. Ya el Fondo de Promoción Turística garantizó su seguridad y por esto se encuentra en funcionamiento.
Manizales es una ciudad en donde el verde atropella, pero no precisamente el que está adentro, sino el que nos rodea, cada vez más amenazado por la construcción. Esta ciudad sin árboles está en mora de tener un plan de protección cumplible y real de sus zonas ecológicas, que no son pocas: Alcázares, ladera de Chipre, lo que queda de Monteleón, Los Yarumos, Recinto del Pensamiento, Río Blanco, Tesorito, Parque de los Nevados con su zona amortiguadora, Bosque Popular El Prado, y desde ya se empieza un trabajo conjunto de la Universidad de Caldas y el San Luis para preservar la reserva que comparten estos dos espacios académicos desde el Jardín Botánico hasta el colegio.
Es aplaudible el propósito del Instituto de Cultura y Turismo y ojalá privilegie en su propuesta las decisiones de rigor técnico, que se piense más a quién se va a nombrar para su cuidado desde el punto de vista del conocimiento y no de los votos. Lo decimos así de claro por las malas experiencias que se han soportado en otros proyectos en los que en el papel suena muy bien, pero que en la ejecución se enredan, pues no se entrega a personas idóneas, sino a amigos de los funcionarios de turno.
Ahora que se presentará el proyecto de Secretaría del Medio Ambiente en Manizales sería bueno tener en cuenta esto, pues si bien se cuenta con la potencialidad para lograr que efectivamente se pase de la idea a lo real como llegan visitantes extranjeros a recorrer Río Blanco en busca de pájaros, gracias a la labor de la Fundación Gabriel Arango Restrepo, que se posicionó como una de las más fuertes en Colombia en este turismo, en el que se privilegia la conservación. Deben sumarse sinergias y aprenderse de lo allí hecho para concretar mejores resultados.
Si bien se habla de arrancar con tres ecoparques esperamos que se esté haciendo así para dar pasos ciertos, pero que una vez se tengan en funcionamiento se trascienda hacia los demás. Hay muchos que siguen renegando de las posibilidades que ofrece el ecoparque Los Yarumos y creen que allí hay que montar juegos mecánicos y cosas de esas. Si bien esa es una posibilidad de atraer turismo, cada vez se valora más lo paisajístico, la naturaleza. Si esto se suma a lo que se puede hacer con el Paisaje Cultural Cafetero estamos hablando de un gran potencial. Esperemos que por fin se encuentre el rumbo para estas zonas verdes que a pesar de los muchos intentos casi siempre han terminado mal.
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