Después de casi un año de espera Manizales tiene por fin una herramienta importante que le permitirá definir con claridad qué hacer con sus árboles, una medición para proponerse metas que lleven a la arborización de la ciudad, para entender qué especies funcionan mejor en nuestro piso térmico y topografía y cómo lograr un cuidado de ellos, que los proteja y promueva su siembra y preservación a lo largo y ancho de la ciudad y no en unos pocos lugares. Se trata del Manual de Silvicultura Urbana, elaborado por el Jardín Botánico de la Universidad de Caldas, a solicitud de la Secretaría de Medio Ambiente.
Son tristes los episodios que se recuerdan de tala de árboles en Manizales en espacios públicos para dar paso a más carros o a más edificios o por considerar que los árboles atraen problemas. Prueba de ello es el maltrato que durante años sufrieron los urapanes de Milán, al punto que intentaron derrumbar los 99 que allí quedaban para el recién abierto Bulevar. Haber salvado 63 gracias a la sociedad civil y demostrar que la obra quedó en excelente estado y paisajísticamente atractiva demuestra que cuando se hacen las cosas bien y se tiene en cuenta a la comunidad es posible conciliar.
Claro, los urapanes tienen muchos enemigos, incluidos vecinos, pues no eran especies adecuadas para un sector urbano, por su crecimiento y por el daño que pueden ocasionar sus raíces, pero ya después de casi 70 años en el lugar no es justo que simplemente se decida tumbarlos para empezar a cambiarlos. Ahora, con esta guía lo que se logrará es que eso no vuelva a suceder, sino que se siembren especies nativas, que no vayan a amenazar mañana la infraestructura urbana y que sirvan, además, para alimentar a los pájaros. Una cosa que ayuda a hacer de esta capital una ciudad con calidad de vida es el canto de los pájaros en la mañana, pero con la expansión de su zona urbana parece que se estuviera presentando un desplazamiento, además, se siembran especies que no producen alimento para las aves, y si estamos pensando en ser atractivo para pajarólogos, hora de emprender esta tarea.
Manizales ha sido una ciudad rodeada por verde y eso hace pensar que vivimos en una zona llena de naturaleza, pero es apenas un espejismo, pues ese verde realmente está alrededor, no dentro de la ciudad y cada vez es menos, como se nota cuando se mira hacia La Florida o a la Comuna Ciudadela del Norte. No se puede detener el desarrollo, pero este Manual debe servir para ser mucho más rigurosos con quienes tumben árboles y tengan que reponer las especies en lugares concretos y de manera masiva para que empecemos a ayudar a mejorar el entorno paisajístico de Manizales. Esos pulmones son clave para mayor calidad del aire, también para la sombra que tanto se requiere en estas épocas veraniegas y para hacer de esta una ciudad más amable con sus ciudadanos.
Un árbol por habitante en Manizales es un porcentaje muy corto, sobre todo, si se tiene en cuenta que de los 437.242 que se encuentran en la ciudad solo 10 mil se ubican en las llamadas áreas de interés ambiental -los ecoparques-. Así que bien vale empezar un plan que permita que los árboles vuelvan a su lugar y para no tener que repetir lo que escribió en 1969 el escritor caldense, fallecido este año, José Chalarca en sus primeras columnas en LA PATRIA: “La ciudad está desnuda porque le han quitado su ropaje verde; ¡se han llevado los árboles!".
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