Pensar en una vía que ayude no solo a una mejor conexión de los municipios de la región Centro-Sur del departamento, sino que se convierta en un potenciador del turismo es lo que se pretende con el mejoramiento vial desde Tres Puertas hasta Arauca y desde la vereda El Trébol a Chinchiná y de este a Palestina y hasta La Rochela en Santágueda. De este proyecto se habla desde hace varios años y, de acuerdo con la Administración Departamental, para su consolidación es importante un componente de valorización a cargo de los habitantes de la zona de influencia, la cual se extiende hasta parte de la región conocida como Alto Occidente con municipios como Anserma y Risaralda.
El gran problema hoy y que tiene estancado el proyecto es que no se ha podido consolidar un cierre financiero, pues se trata de una obra ambiciosa que, entre muchas posibilidades, pretende construir ciclorrutas, senderos para caballos, casetas para oferta de productos, además de la doble calzada vial, con lo cual se parecerá mucho a una alameda, que mejorará la calidad de vida de quienes habitan el sector y, por supuesto, ofrecerá alternativas de diversión a los visitantes que se podrían multiplicar en una zona que desde hace años atrae a miles de turistas cada año.
Es indudable que para desarrollar una obra de estas características se requiere de una sumatoria de esfuerzos, en donde pongan recursos el Departamento, la Nación, los municipios que se favorecerán, pero es también necesario el aporte de los propietarios. Hacerlo en grande los beneficiará de manera directa, valorizará sus predios. No tiene sentido, como lo expresan algunos representantes de la comunidad, que no vean necesario contar con ciclorrutas, senderos, entre otros, cuando esto sería precisamente lo que ayudaría a sacar el mejor provecho en una zona que se quedó corta en oferta para los turistas.
Lo que se debe hacer es que se haga un derrame justo, pagable y se brinden plazos suficientes a la comunidad para que pueda cumplir con la exigencia. Ahí es donde debe radicar el éxito de este proceso, como ya se ha hecho en predios urbanos, como en Manizales, en donde hasta comunidades de estrato 1 y 2 como el barrio Alférez Real, han usado este recurso para la pavimentación de sus calles, por ejemplo. El otro componente clave que se debe aprovechar es el del Gobierno Nacional, a quien le debe interesar la promoción turística y el mejoramiento de las vías en una zona que es exportadora de café, de plátano y de flores, entre otros productos.
A esto debe sumarse la gestión ante el Ministro de Transporte, el caldense Germán Cardona Gutiérrez, en la construcción del intercambiador vial en Tres Puertas, o de un puente, del que ya se tienen estudios previos, para disminuir la accidentalidad en el sitio. Hay varias alternativas para la construcción de este, sin encarecer lo ya proyectado, bien sea aprovechando los compromisos para la conexión con Autopistas de la Montaña, o simplemente a través de recursos propios del Invías, en aras de tener una vía más segura.
Ojalá no se dilate más este proyecto como es costumbre en nuestra región con las grandes obras. Este lo necesita el Centro-Sur de Caldas, no solo por tener buenas vías, sino porque sería un dinamizador clave en una zona que tiene todo por delante con las grandes obras que la impactarán como el propio Aeropuerto del Café. Es hora de pensar en grande, como ha invitado el Ministro de Transporte en varias ocasiones y ojalá también se cuente con su concurso, apoyando el esfuerzo que también deberán hacer los propietarios.
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