Un Fiscal con credibilidad

La Corte Suprema de Justicia será la encargada de seleccionar al nuevo Fiscal General de la Nación, aquel que remplace a Eduardo Montealegre, quien hace tres semanas terminó su periodo y se caracterizó más por hacer gala de una justicia espectáculo que por decisiones que mostraran la seriedad de un ente que siempre debe proyectar credibilidad. Ahora hay 16 nombres, luego de la depuración hecha a 155 hojas de vida que llegaron para ocupar el apetecido cargo. En próximos días el presidente, Juan Manuel Santos, deberá entregar solo tres nombres, entre ellos el de una mujer, para que la Corte señale el elegido.
Se da como segura la presencia en la terna de Yesid Reyes, ministro de Justicia, y Néstor Humberto Martínez, exministro de la Presidencia. A cambio de uno de ellos podría entrar Jorge Perdomo, el actual fiscal encargado. Entre las mujeres, la que más suena es Mónica Cifuentes, asesora del equipo legal de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, pero tampoco se descarta que la representante femenina sea Martha Lucía Zamora, exfiscal general encargada. No obstante, entre los 16 actuales (10 hombres y seis mujeres) hay juristas con vasta experiencia y capacidades para asumir este cargo, en el que se necesita más trabajo juicioso que pantalla.
Se ha especulado alrededor de las acciones de acercamiento que algunos de los candidatos vienen haciendo a los magistrados de la Corte, con lo que pretenden obtener una decisión favorable. Sin duda que en esto, además de la idoneidad de los aspirantes, pesan mucho los respaldos políticos y las buenas relaciones con las distintas esferas del poder en Colombia, pero lo ideal es que los miembros del alto tribunal se propongan escoger a una persona muy distinta esta vez, una que proyecte seriedad, prudencia y que sea creíble en cada una de sus actuaciones, mejor si no requiere del lobby para asegurar respaldos.
Es buena, en nuestro concepto, la posibilidad de que el ministro de Justicia, Yesid Reyes, sea quien llegue a tan importante cargo, ya que ha demostrado ser efectivo en lo legal y prudente en su ejercicio ministerial. Es alguien que sin protagonismos ha desarrollado una buena gestión para impulsar los cambios de fondo que requiere la justicia colombiana, y desde el nuevo escenario podría seguir contribuyendo a esa transformación. Además, tiene todo el respaldo político y de la dirigencia del país que se necesita para actuar con total independencia, sin que se le pueda acusar de ser solo un amplificador de los deseos de la Presidencia de la República. Su anuncio de renunciar al Ministerio, si lo incluyen en la terna, es un buen ejemplo de transparencia y juego limpio con sus posibles contrincantes.
La Fiscalía es vital para la persecución de los delincuentes, y en eso se debe concentrar el nuevo jefe de ese organismo, más ahora con las exigencias que plantea el posconflicto, en el sentido de no permitir que otras organizaciones criminales como el clan Úsuga, o exguerrilleros que eventualmente no se desmovilicen después de los acuerdos con las Farc y el Eln, puedan seguir afectando gravemente el orden público en el país. Quien llegue debe estar comprometido con ayudarle al Gobierno Nacional a sacar adelante la justicia transicional que se les aplicará, necesariamente, a los guerrilleros, y no ser obstáculo para la paz.

Se espera que en próximos días quede lista la terna, tal vez después de que el presidente Santos se entreviste con cada uno de los candidatos, y que la Corte no se demore en la escogencia del nuevo Fiscal. Un procedimiento rápido en este sentido será el primer paso en la recuperación de la confianza en las instituciones de justicia, y que más temprano que tarde recobre el respeto que nunca ha debido perder por las actuaciones turbias de algunos que no han entendido la responsabilidad de impartir justicia en un país como Colombia.