El próximo 13 de abril se cumplirá el primer año de la muerte de 21 personas en una de las tragedias más impactantes de la historia de Manizales, cuando una creciente de la quebrada La Mula arrastró por varios kilómetros y destruyó un bus de Expreso Bolivariano que estaba a escasos 16 kilómetros de llegar a la capital de Caldas, luego de haber salido ese mismo día desde Bogotá. Los familiares aún no se reponen del impacto de esos hechos tan lamentables, que se convirtieron en uno de los más graves de la pasada temporada invernal en Colombia.
Todos los casos relacionados con las personas que murieron en esas circunstancias son dolorosos y lamentables. LA PATRIA presenta hoy un informe en el que hace un balance de lo que ha pasado con sus familiares y de las penosas gestiones a las que se ven obligados para tratar de obtener una compensación económica, ya que la reparación moral resulta imposible. Una situación que despierta un sentimiento de tristeza profundo es la de la familia de Marco Aurelio Loaiza Henao, cuyo cuerpo no pudo ser recuperado, pese a que todo indica que viajaba en ese bus.
Duele ver la gran cantidad de trabas y procedimientos a los que tienen que someterse las familias para tratar de obtener en el Fosyga lo que por derecho les pertenece, como parte de las reclamaciones del Seguro Obligatorio con el que contaba el vehículo, y saber que los trámites de compensación que se adelantan ante el Gobierno Nacional, al haber sido declarada la tragedia como un hecho ocasionado por la naturaleza, podrán demorarse cinco años o más para obtener respuestas.
Sin embargo, más allá de los hechos específicos que se conmemoran durante la semana que comienza, hay que volver a la reflexión acerca del estado de peligro que ofrece la carretera Manizales-Bogotá en toda su extensión, y que además de resultar riesgosa para los viajeros, sobre todo en épocas de invierno, resulta altamente ineficiente para las distintas actividades que requieren una ágil comunicación de nuestra región con la capital de la República. De ahí que sea fundamental que en el Ministerio del Transporte se adelanten con celeridad los procesos para tener una nueva carretera, con mejores especificaciones, que también la hagan menos riesgosa para transitar.
Aún sin tener precisión acerca de las causas del accidente del pasado domingo, primero de abril, una muestra más de los peligros que se viven a diario en esa carretera es la manera en la que murieron siete personas cuando el bus de Cootransnorte en el que se desplazaban en el trayecto Manizales-Fresno cayó a un abismo en el sector entre Delgaditas y Mesones.
Es un hecho irrebatible que se trata de una carretera que ofrece demasiados riesgos a quienes deben viajar por allí y que, como lo han manifestado desde el año pasado los líderes del grupo de Facebook “No más muertos en la vía Manizales - Bogotá” hay que ponerle fin rápido a esta situación. Ahora que el volcán Nevado del Ruiz está de nuevo en actividad y que tiene influencia sobre esa vía, es importante también que se tomen todas las precauciones para evitar que tengamos que seguir llorando a seres queridos.
Por lo pronto, todos los manizaleños y caldenses debemos seguir acompañando en su duelo a los familiares de las víctimas de los hechos ocurridos en esa carretera. Es así como para el próximo viernes se tiene previsto un acto especial para llevar flores y realizar una misa, entre otras actividades, en recuerdo de la absurda tragedia que hace un año se llevó 21 vidas, las cuales están allí representadas por cruces que invitan a evitar nuevas muertes.
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