Es realmente deplorable el mal estado en que se encuentra la maquinaria para atender los daños en las carreteras de Caldas. Un completo informe publicado en este diario el pasado domingo muestra el panorama oscuro que tienen al frente los diferentes municipios, justo cuando el invierno comienza a atacar con fortaleza en todo el territorio del Eje Cafetero, lo que causa hondas preocupaciones a los alcaldes y a la comunidad, pues algunas poblaciones podrían verse bloqueadas, como ocurrió recientemente entre Salamina y Pácora.
También se han tenido problemas en las vías del oriente de Caldas y la carretera que comunica a Medellín con nuestro departamento, como ocurre cada vez que llueve. De la misma manera reviven los temores en la vía a Bogotá, donde en el sector de Sabinas se reactivan los deslizamientos siempre que las lluvias hacen presencia. Al observar la cantidad y calidad de las maquinarias de obras públicas con las que cuentan los municipios caldenses, surgen graves cuestionamientos de muy difícil respuesta.
Lo primero que tiene que resaltarse es el requerimiento urgente de volquetas, cargadores, motoniveladoras, retroexcavadoras y buldóceres, entre otros aparatos, para poder atender con eficiencia y oportunidad los constantes problemas que surgen en nuestras carreteras. Es tan crítica la situación que los amplios combos de maquinaria que maneja la Gobernación de Caldas se quedan cortos frente a la demanda cada vez mayor en las deterioradas vías del departamento.
Lo cierto es que los equipos con los que cuentan los municipios son, en su mayoría, obsoletos y deteriorados, mientras que tampoco hay dinero para nuevas compras y menos para reparar los existentes. El único camino que les queda a los mandatarios locales es tratar de hacer convenios con el Comité de Cafeteros, el Ministerio del Transporte y algunas empresas privadas para ir limpiando derrumbes y haciendo pequeñas obras que permitan paliar el pésimo estado de redes viales urbanas y veredales.
Al mirar uno a uno los municipios se observa que son más los equipos que están fuera de circulación, que los que pueden prestar un servicio decente, y que los elevados costos que acarrearían las reparaciones hacen totalmente inviable esa posibilidad. Incluso hay municipios que no tienen maquinaria y se mantienen firmes en que no la tendrán por los altos costos de su mantenimiento y todos los problemas que esto acarrea.
Lo cierto es que vendrán días de fuerte invierno y que las vías volverán a dañarse en buena medida, lo cual empeora al ver que las obras contenidas en los planes de Colombia Humanitaria tampoco avanzan al ritmo que se necesita, y que gran parte de las secuelas dejadas por las temporadas invernales pasadas siguen vivas, y con el riesgo de profundizarse. Tenemos que ilusionarnos en que el invierno que llega sea menos agresivo que los anteriores y que los deterioros no se agraven.
La esperanza para las vías de Caldas está puesta en que puedan ampliarse los combos de maquinaria de la Gobernación, tal y como lo ha prometido el mandatario seccional, Guido Echeverri Piedrahíta, con los cuales puedan ser atendidas las redes viales terciarias, que son las que más sufren en las temporadas invernales y las que más dificultades y pérdidas les generan a los campesinos, por ejemplo, que ven obstaculizados los intercambios de productos con los centros urbanos.
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