Seriedad con la TV

El modelo de la desaparecida Comisión Nacional de Televisión no era el ideal, pero el cambio a la actual Agencia Nacional de Televisión (ANTV) no parece estar surtiendo los efectos esperados, pues la confusión que existe alrededor de lo que pasará con los cableoperadores y la señal de los canales privados evidencia que la llamada autoridad de la televisión se está quedando corta y, al final, el perjudicado será el usuario, quien seguramente tendrá que pagar una tarifa más cara por ver algo que antes podía ver gratis.

Lo perverso y curioso es que esta polémica haya subido de temperatura a pocos días de comenzar el Mundial de fútbol Brasil 2014, lo que implica que los cerca de 4,5 millones de suscriptores de televisión por cable y por satélite en el país vean amenazada la posibilidad de disfrutar de los partidos, simplemente porque los de un lado y los del otro solo esperan sacar la mejor tajada de un negocio. En ese tira y afloje, los televidentes totalmente maniatados, no podemos más que esperar a ver en qué termina la pelea.

Caracol y RCN ya anunciaron que dejarán abierta, hasta diciembre de este año, la señal análoga, lo que permitiría que los usuarios accedan a ella por el cable, pero están inflexibles acerca de poder entregar la señal de alta definición (HD) a los cableoperadores sin que se les pague un costo adicional. Ahora bien, la HD puede verse a través de un televisor que tenga incluido el sintonizador de TDT (Televisión Digital Terrestre) que llega hoy a 16 ciudades. Mientras tanto, los operadores están cerrados a la banda acerca de la posibilidad de pagar por el producto de alta definición y amenazan con sacar de su parrilla las señales análogas que hoy todos los colombianos podemos observar sin obstáculos.

¿Donde irá a parar este forcejeo? Todo indica que, al final, seremos los usuarios los que tendremos que pagar por ver los canales privados nacionales a través de los distintos cableoperadores. Sin embargo, lo que podría pasar es que tanto los operadores como los canales podrían estarse haciendo el harakiri, pues ante las opciones nuevas que tienen los ciudadanos de ver televisión vía streaming y los canales de video, muchos optarán por desconectarse y apuntarle a estas nuevas alternativas.

Se trata de un asunto en el que están en juego muchos millones de pesos ($1,1 billón en el 2012) por publicidad televisiva. Si el 75% de los televidentes acceden a la señal de los canales privados a través de los cableoperadores, la posibilidad de que sean desconectados puede tener un gran impacto para ellos. También es verdad que los cableoperadores tienen mucho qué perder si no están en sus ofertas los canales privados locales, lo que podría ocasionar una desbandada de suscriptores, ya que cerca del 45% del rating de los servicios de TV por suscripción lo tienen RCN y Caracol.
 

Alguna claridad al respecto se tendrá cuando la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) pueda resolver las medidas cautelares que están en curso. Sin embargo, pese a los pronunciamientos de la Procuraduría, de la Contraloría y de la misma ANTV, todo indica que solo un buen entendimiento entre los actores privados podrá despejar el panorama, aunque lo que parece cierto es que el conflicto se extenderá por un largo tiempo, ya que no se ve voluntad de ceder por ninguna de las partes. No quieren perder plata y si alguno resulta cubriendo los gastos, éstos terminarán saliendo de los bolsillos de los usuarios.

Lo que está pasando debe llevarnos a reflexionar acerca de la necesidad de fortalecer más la televisión pública, con el fin de no poner a los televidentes en medio de las presiones indebidas que hemos tenido que afrontar durante estos días. En la legislación colombiana se habla del derecho que tenemos de disfrutar, sin restricciones, de la señal de los canales privados, por lo que una disputa de dinero estaría violando intereses generales de los ciudadanos. También se podría estar violando el derecho fundamental a la libertad de información. Eso es algo que tiene que defenderse por encima de todo.