La industria colombiana ha tenido que afrontar graves problemas en los años recientes alrededor de la alta competencia, la baja demanda, un tipo de cambio desfavorable, un contrabando sin control, el atraso en infraestructura y los altos costos logísticos, entre otros. No obstante, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, gremio que celebra hoy 70 años durante la asamblea que actualmente se realiza en Medellín, está convencido de que el 2014 terminará en niveles de una clara recuperación.
Es cierto que el entorno macroeconómico ha mejorado para el sector, que las medidas adoptadas por el Gobierno para favorecer la productividad y el empleo han venido dando resultados y que hay perspectivas de mejora en materia de infraestructura, con la puesta en marcha de las concesiones viales 4G. Eso explica el optimismo del sector, sin duda con bases reales. Falta que se avance con fuerza en los asuntos de tecnología e innovación para poder generar más productos con valor agregado que conquisten nichos específicos de mercado en el mundo.
En dicha asamblea, donde hacen presencia cerca de 1.200 empresarios, el gremio se atrevió a plantear la necesidad de crear un nuevo ministerio, el de la Industria. Creen los miembros de la Andi que se trata de un necesario interlocutor para poder construir una política industrial sólida y moderna. Actualmente, ese diálogo público-privado se da a través del Ministerio de Comercio Exterior, Industria y Turismo, el cual si bien se ha quedado corto podría profundizarse, y buscar mejores resultados.
Pensamos que más que generar una nueva estructura burocrática estatal, lo que se necesita es que las actuales instancias gubernamentales y los empresarios se empeñen en trazar esa política industrial, de manera concertada, y proyectándola con una mirada de largo plazo. Enlazarla, además, a las otras políticas oficiales de desarrollo, y con el gran propósito de aprovechar al máximo los TLC que hoy tenemos firmados con amplias regiones del planeta.
Es obvio que no puede seguirse pensando solo en resolver los temas de coyuntura y reaccionar ante los malos resultados de algunos subsectores, sino realizar un análisis a fondo de los puntales más sobresalientes y promisorios del sector, para darles el empuje estratégico que necesitan. Esta mirada de largo aliento tiene que ir a la par con medidas muy concretas y severas de ataque al contrabando, pues mientras las mafias que lo manejan se muevan con libertad, los esfuerzos de los industriales seguirán traduciéndose en pérdidas y frustración. Este delito es, sin duda, el mayor desafío al que se tiene que enfrentar actualmente el país, para proteger su economía.
En el marco de lo que debe ser el sector en el futuro, hoy tenemos que exaltar que Caldas, que ha sido departamento industrial por excelencia, tiene todo para seguirse destacando y tomar ventaja en el contexto nacional. Además de empresas fuertes y con tradición, empresarios de visión amplia y mano de obra de altos estándares, contamos ahora con centros como Bios (Centro de Biotecnología y Biología Computacional), que pueden ayudar a desarrollar nuevas ideas de productos de la mano de la agroindustria y la innovación.
Los empresarios, así mismo, tienen cada vez más responsabilidades con lo ambiental, y sus mecanismos de producción tienen que estar cada vez más sintonizados con las formas limpias, a la vez que se busquen mejores eficiencias y rentabilidades. En un país biodiverso y rico en recursos naturales, la industria tiene un enorme potencial que no ha sido bien utilizado, y lo que ha sido explotado no necesariamente ha gozado de la protección que se exige para hacerse sostenible en el tiempo.
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