“Datisa accedió a pagar 100 millones de dólares en sobornos a oficiales de la Conmebol -todos de los cuales eran también oficiales de la FIFA- en intercambio del contrato 'Copa América 2013': 20 millones de dólares por la firma del contrato y 20 millones de dólares para cada una de las ediciones subsecuentes del torneo”, dice el numeral 249 (página 105) del documento del Departamento de Justicia de los Estados Unidos que sirvió de base a la investigación que llevó a la caída de la cúpula de la FIFA. La mencionada empresa representó los intereses de tres firmas para obtener los derechos comerciales de cuatro ediciones de la Copa América, negociadas en el 2013.
Aunque Luis Bedoya solo mencionó razones personales como las causas de su intempestiva renuncia al cargo de presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, lo cierto es que todos los miembros de la Conmebol, de la que hace parte nuestro país, y cuyo representante directo ha sido Bedoya, incluso ante la FIFA, podrían estar inmersos en esta bochornosa denuncia, que sigue cobrando cabezas de dirigentes del fútbol en todo el orbe. Mientras que se elige un nuevo presidente en propiedad, la Federación estará encabezada por el barranquillero Ramón Jesurún.
A Bedoya, quien llegó a la cúspide de la Fedefútbol en el 2006, hay que reconocerle que transformó de manera profunda esa organización, triplicando los ingresos y logrando llevar a la selección de mayores a un mundial después de 12 años de ausencia en esos torneos. Frente a la oposición de algunos dirigentes se empeñó a contratar a José Néstor Pékerman como entrenador, razón por la cual ahora se especula que la salida de Bedoya podría significar que el estratega argentino también se vaya. Sin embargo, Jesurún salió rápidamente a calmar los ánimos y aseguró que el técnico cumplirá su contrato hasta el 2018.
De todos modos, para nadie es un secreto que Bedoya y Jesurún han sido enconados rivales en el interior de la Federación, sobre todo desde la salida del Bolillo, Hernán Darío Gómez, aunque los buenos resultados obtenidos en el mundial de Brasil, donde Colombia quedó quinta, llevaron a que se diera un periodo de distensión. Como sea, la salida del dirigente pereirano podría significar que se comiencen a dar nuevos cambios en esa organización, y que tal vez el seleccionado colombiano termine perjudicado por la coyuntura.
Esperamos que la transición de mando en la Fedefútbol se dé sin mayores sobresaltos, y que el comportamiento deportivo del equipo se mantenga en alza. Los encuentros frente a Chile y Argentina serán un termómetro de lo que puede venir en el futuro inmediato para nuestra selección, y frente a eso ojalá impere la cabeza fría, y que quienes queden al mando de la Federación no solo logren que esa organización se siga fortaleciendo, sino que se garanticen comportamientos éticos que ayuden a salir al fútbol mundial de la actual maraña de corrupción, en la que dos dirigentes del fútbol suramericano, el paraguayo Nicolás Leoz y el uruguayo Eugenio Figueredo, ya están detenidos por la justicia.
Mañana la Selección Colombia saldrá a la cancha con la ilusión de ganarle a Chile un partido clave de la eliminatoria hacia el Mundial de Rusia 2018, y la próxima semana el reto será superar a Argentina. Se trata de dos encuentros definitivos, que se deben ganar, si nuestro equipo quiere aspirar en serio a seguir entre las mejores selecciones del mundo. Ojalá que ni los jugadores, ni el cuerpo técnico se distraigan con la actual coyuntura de cambio en la cúpula de la Fedefútbol.
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