Pruebas Saber 11: medir lo medible

Cerca de 612 mil estudiantes colombianos (de 458 municipios, de los 33 departamentos) que están en último grado de bachillerato presentarán hoy las pruebas Saber 11, que esta vez ensayan cambios en el tipo de preguntas que se plantean, lo mismo que modificaciones en el escalafón que se hará de los colegios con base en los resultados. A partir de los exámenes de hoy, el corazón de estas mediciones estará constituido por cinco áreas muy específicas: lectura crítica, matemáticas, ciencias naturales, sociales y ciudadanía, e inglés. Este último resulta hoy fundamental.

Algo novedoso serán las ocho preguntas finales para respuestas abiertas, con el fin de observar la capacidad argumentativa de los estudiantes y sus habilidades para sustentar ideas. También hay un cambio en la manera de calificar, al regresarse al sistema de puntaje de 0 a 500, y la posibilidad de conocer el puesto individual de cada estudiante.

De igual manera, como una forma de retar a los colegios a mejorar en su calidad, recibirán los puntajes promedios de cada prueba y será clasificado en una escala en la que será muy fácil identificar debilidades y fortalezas. El Icfes asegura que lo que se busca es articular mejor las pruebas colombianas con las internacionales, sobre todo las Pisa, en las que nos ha ido tan mal. Además, lograr avances en esa dirección es el único camino para poder ingresar al club de privilegiados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Es consuelo de tontos decir que no es tan malo ser los últimos entre los 65 países que se arriesgan a medirse.

En este sentido es importante que se insista en la necesidad de que los estudiantes colombianos puedan compararse con los mejores del mundo, pues esa es la única manera de encontrar nuestras fallas y tratar de corregirlas. Incluso, sería sano avanzar hacia la adopción de otros tipos de pruebas como las Piaac, que también ayudan a ver cómo está la población adulta con respecto a personas de las mismas edades en el resto del mundo. Es bueno el paso de dejar de mirarnos solo hacia adentro para tratar de ver qué hay más allá y ponernos el reto de destacarnos en el contexto internacional.

Ahora bien, no podemos quedarnos solo en exponernos a mediciones en las que siempre terminaremos avergonzados. Lo que hay que hacer es ajustar los pensum y las metodologías de enseñanza para darle más fuerza a lo que nos puede llevar a ser más desarrollados, pues solo en la medida que en Colombia se enseñe lo mismo que están aprendiendo los mejores estudiantes del mundo será posible dejar el rezago y comenzar a aparecer en posiciones dignas. Por ejemplo, si nos vamos a exponer a que nos evalúen por los conocimientos en materia de finanzas, hay que comenzar por enseñar finanzas en los colegios. Es absurdo tratar de medir lo que no se enseña.

Es destacable que se esté haciendo énfasis en el impulso de las competencias ciudadanas, pues está comprobado que en la medida en que la gente ejerza un comportamiento social respetuoso de normas y en medio de valores de solidaridad y actitudes proactivas en las comunidades, es posible avanzar hacia un desarrollo que trascienda los asuntos económicos y que se vuelva una cultura cuya inercia se encargue de mantener un crecimiento constante como sociedad, en todos los aspectos de la vida.

Colombia entera debe comprender que la mejor manera de luchar contra la pobreza y la inequidad es mejorar rápidamente la calidad de la educación. También es la mejor manera de lograr una verdadera paz social y hacerla sostenible en el tiempo. El próximo 10 de octubre, cuando se conozcan los resultados de las pruebas de hoy, sabremos en qué punto estamos parados y qué tipo de estrategias deberemos echar a rodar para avanzar hacia un terreno en el que podamos medirnos con éxito. Para ello, será importante la existencia del Observatorio de la Calidad de la Educación que anuncia el Gobierno Nacional, con el propósito de hacer permanente seguimiento de nuestros avances y retrocesos.