La llegada de Fernando Carrillo a la Procuraduría General de la Nación es una oportunidad que tiene el país de devolverle la majestad a este organismo que debe velar por los intereses públicos de los colombianos. La trayectoria de este abogado, pieza clave en el proceso de la séptima papeleta hace 25 años, su recorrido por lo público y su experiencia en asuntos como la defensa jurídica del Estado y las relaciones internacionales son argumentos sólidos que permiten creer en la tarea que puede realizar. Su paso por los ministerios de Justicia y del Interior son también parte de ese recorrido que hace pensar en que será fundamental en la transformación del organismo. Por eso le ganó a los otros ternados y por aplastante aclamación.
Esperamos que con ese conocimiento que tiene del Estado e inspirado en los principios fundamentales que promovieron la Constitución Política de 1991 le sean propicios para proponer la reforma que requiere este organismo que hoy en día se ocupa de tantas cosas que parece a veces no ocuparse de nada, que tiene cantidad de servidores públicos corbata, como son muchos procuradores judiciales y abogados a lo largo y ancho del país. El mismo que en ocasiones genera duplicidad de funciones con otros organismos como Defensoría del Pueblo o personerías, entre otros. En momentos en que se requiere ajustar los gastos del Estado es una oportunidad para dejar de lado a los políticos y tomar las acciones necesarias que conduzcan a un organismo menos costoso al erario y más moderno y eficiente.
No tiene sentido que esta entidad adelante investigaciones que ya se han saldado en lo penal. Se debe buscar alguna manera de que puedan conjugarse los esfuerzos y no que se continúe con la duplicidad de procedimientos. Como conocedor del Estado que es Carrillo, seguro sabrá encontrar una salida, eso sí, siempre y cuando atienda a respuestas de carácter técnico y no a las políticas.
El poder de la Procuraduría, además de la capacidad sancionatoria que tiene siempre como una espada de Damocles sobre los funcionarios, es contar con una nómina con salarios a veces desproporcionados para quienes los reciben en todas las regiones del país. Ahí es donde está el interés de mucho senador en mantener un diálogo fluido con la cabeza del ente de control. Y por eso mismo hubo tantos que manifestaron impedimentos a la hora de la elección, la cuarta parte de los electores, aunque no todos aceptados, pero que tengan en esa dependencia parientes trabajando da cuenta de cómo funcionan esos nexos.
Desde sus primeras declaraciones como procurador, Carrillo ha dicho que la suya será una entidad de puertas abiertas, en donde habrá total respeto por las diferencias, incluidas las preferencias sexuales, dejando claro que no será un ejercicio inquisitivo sobre el actuar íntimo de las personas y sus decisiones, sino sobre lo público como debe ser. Al contrario, se requiere de un ministerio público que vele por la protección de los derechos ciudadanos, sobre todo, de las minorías. Por eso la responsabilidad de este cargo y por esa razón la necesidad de que sea independiente y que se ejerza con sentido laico.
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