Otra cara para Arauca

El corregimiento de Arauca en el municipio de Palestina es un importante poblado a orillas del río Cauca que durante muchos años ha sufrido los embates de la violencia y del abandono. Prueba de ello es la cantidad de sus líderes políticos asesinados a lo largo de los años y ejemplos nefastos como la grave situación del puesto de salud de la localidad. Lo más grave es que a pesar de su importancia, de la calidad de sus ciudadanos, de las potencialidades que ofrece cada tanto se prometen acciones que o no se continúan o apenas si se enuncia con los consabidos problemas que entraña la falta de concreción de las promesas en lo público.
 

Arauca tuvo una época de gloria como muchos de nuestras localidades. Sus fortalezas estaban en ser paso obligado de la vieja vía a Medellín, en contar con estación del Ferrocarril, con la producción de café y ganado, con el desarrollo turístico de la zona, entre otros productos. Es increíble, no obstante, se acabó el tren, el café como en el resto de Caldas quedó de capa caída, la violencia hizo de las suyas y sacó a grandes productores de la zona y eso generó que allí quedarán miles de personas, se calculan que viven allí unas ocho mil, sin mayores oportunidades y con el olvido de la dirigencia.

La fortaleza electoral de este corregimiento ha sido aprovechada por dirigentes políticos en busca de votos. La falta de posibilidades y de educación son caldo de cultivo para que quienes se creen los dueños del poder usen el clientelismo como la mejor arma para controlar y disponer. Así ha sucedido por años allá y es necesario que en los planes que se tracen para el fortalecimiento institucional en la localidad, sea necesario trabajar en procesos que permitan el fortalecimiento de la ciudadanía para que de esa manera pueda reclamar mayores derechos y ser más partícipe de las soluciones que puedan venir.

La semana pasada, después de muchos altibajos, por fin se inauguró la plaza de mercado de la localidad y se trasladó a los comerciantes que por años ocuparon el espacio público de la Plaza de Bolívar que es todo un descubrimiento, pues llevaba unos 50 años con esa presencia. Esa nueva cara debe ser aprovechada para que el corregimiento muestre que puede lograr cambios importantes, pero estos no deben ser solo en su aspecto físico, sino fundamentalmente en el humano, en brindar mayor atención a los pobladores. Solucionarles su problema de atención en salud, que hoy es prácticamente inexistente; de mejorar la conexión vial con Santágueda, Risaralda y Palestina, pues las vías de hace 50 años apenas si reciben mantenimiento; de que se creen posibilidades de empleo con la insistencia en que el Ferrocarril que esperamos algún día concluya tenga allí una estación; de proteger el río Cauca para los pescadores; entre otros aspectos.

La presencia de los centros vacacionales de Santágueda y de la cantidad de fincas de recreo privadas o de condominios debe ser también una oportunidad para pensar en posibilidades de que la cabecera sea parte de ese circuito más allá de que se emplee a algunos habitantes de la localidad. Es necesario que se incentiven programas que lleven a los visitantes al corregimiento, por ejemplo. El Informe del PNUD sobre pobreza en el Eje Cafetero ubicó a Arauca en el puesto 34 entre 51 poblaciones lo que demuestra la deuda social que se tiene con esa localidad.

Apoyar iniciativas como la que se plantea de llevar una institución que brinde capacitación universitaria a los lugareños, la posibilidad que se abre con la construcción del aeropuerto del Café, como para toda esa región, deben provocar a los gobernantes para que propongan proyectos clave de desarrollo que permitan la generación de riqueza y ante el déficit de vivienda, uno de los más graves en el departamento, es necesario que pronto se construyan las 60 viviendas prometidas por el Gobierno nacional dentro del programa de pobreza y se avance en otras más y así ir devolviéndoles la dignidad a los ciudadanos de este importante corregimiento, que tiene más gente y posibilidades que muchos municipios colombianos.