Si bien la tasa de desempleo cayó al 9% en el país, al cierre del pasado mes de abril, todavía falta mucho por hacer para llegar a niveles que conviertan la generación de nuevas plazas de trabajo en una herramienta real para luchar contra la pobreza y la desigualdad. Van ocho meses en los que el índice se mantiene en un solo dígito pero eso es aún insuficiente para poder cantar victoria y afirmar que nos estamos acercando al promedio de América Latina, subcontinente donde aún seguimos siendo un mal ejemplo.
El hecho de que los nuevos empleos se hayan generado en el sector de comercio, hoteles y restaurantes mostraría que las actividades relacionadas con el turismo se están fortaleciendo en el país. Ahora bien, lo que uno quisiera es que esas plazas nuevas estuvieran en la industria, donde los empleos pueden ser más estables y mejor remunerados. Ojalá que se mantenga la tendencia al descenso y que la recuperación que se espera de ese sector también signifique más y mejores empleos.
También resulta lamentable que Armenia y Pereira, ciudades hermanas de Manizales en el Eje Cafetero, sufran los niveles más altos del desempleo, ya que esa situación podría afectar a municipios vecinos y a la misma capital caldense, debido a que muchos podrían comenzar a desplazarse por toda la región en busca de trabajo. Ahora bien, es justo reconocer que durante los meses recientes nuestra ciudad ha mejorado bastante en materia de empleo y que existen buenas posibilidades de consolidar esa tendencia, lo que ayudará a mejorar la calidad de vida de todos los manizaleños.
En el caso de Manizales tenemos la esperanza de que en próximos meses el panorama siga mejorando, tomando en cuenta los anuncios de diversos proyectos que además de nuevos puestos de trabajo pueden impulsar el desarrollo local y regional. Tales son los casos de las ampliaciones de call centers, como lo tiene planeado Emergia. Adicionalmente, la actividad de la construcción sigue bastante dinámica en la ciudad, y con planes como el de la Baja Suiza será posible mantener un buen ritmo. Así mismo, la reactivación que tendrían este año y en el 2015 los proyectos de nuevos grandes almacenes y amplias superficies hará posible la creación de nuevas opciones laborales en la capital caldense.
De todos modos, hay inquietudes acerca de la sostenibilidad de estos buenos índices, de tal manera que las mejoras no correspondan solo a situaciones de coyuntura, sino que tengan bases firmes, estructurales, que no permitan que haya retrocesos. Sería muy lamentable que después de un descenso en las cifras del desempleo durante 45 meses seguidos pueda darse un cambio en la tendencia. Hay que profundizar las medidas que estén orientadas a seguir generando empleos de manera permanente, para bajar a cerca del 6%, como es el promedio latinoamericano, o más abajo, de ser posible.
De acuerdo con el Dane, la posición de Manizales es la 12 entre las capitales del país que son medidas, con el 11,1%, lo que siendo bueno no lo es del todo. Un buen indicador sí es que el subempleo también haya bajado, lo que evidencia que ha mejorado la calidad de los empleos y que las personas están más satisfechas con lo que hacen. Sin embargo, la verdad es que falta mucho por hacer para que se pueda afirmar que hay una mejora real en materia de empleo.
Es necesario sincronizar mejor los objetivos de la educación con las realidades laborales que nos ofrece el sistema productivo. Esa es la manera más directa y confiable de lograr que los empleos que se creen mantengan una permanente tendencia de crecimiento.
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