No más juego con Empocaldas

Una irracional lucha de poder tiene frenada a la Empresa de Obras Sanitarias de Caldas (Empocaldas), entidad oficial caldense que hoy debería estar dedicada de lleno a solucionar los problemas de acueducto y alcantarillado en todo el departamento, en lugar de estar en medio de las contradicciones, como ocurre desde hace un año, cuando a Juan Pablo Alzate le pidieron por primera vez que se retirara del cargo, en la época en que Guido Echeverri era aún el gobernador del departamento.

En el hecho más reciente, y que genera nuevas confusiones, el superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, afirmó durante un debate de control político el pasado martes en el Senado, que Alzate debe seguir como gerente de esa empresa hasta que no se resuelva la impugnación de la asamblea que eligió como nuevo gerente a Juan David Peláez. Parece una contradicción frente al pronunciamiento de la misma superintendencia de febrero pasado, cuando determinó aceptar como legal la junta directiva que fue inscrita el 6 de noviembre del 2013, en la que se escogió a Peláez como representante legal.

Habrá que esperar, por lo menos, una semana más, para que se cuente con un pronunciamiento de fondo de la Superintendencia, y ese sí oficial acerca de quién es el gerente que cuenta con el aval. Como sea, lo que ha pasado con Empocaldas es una total perogrullada a la que se necesita ponerle punto final. Si, como se ha venido demostrando, los actos que llevaron a la elección del nuevo gerente fueron legales, es un completo desatino que Alzate se siga aferrando a un cargo del que ha debido irse hace mucho tiempo.

Se le hace mucho mal a una empresa pública cuando en ella fungen dos funcionarios como gerentes, ya que se anteponen los intereses personales a los de una comunidad a la que debe atender en forma eficiente y con criterios que siempre estén orientados al beneficio común. Hoy se tienen 20 municipios de Caldas perjudicados por semejante enredo administrativo, lo cual no permite tomar medidas contundentes y apropiadas para superar las dificultades por las que pasan varias de esas poblaciones.

No se entienden las actitudes de Alzate, quien después de que la Cámara de Comercio de Manizales inscribió oficialmente a Peláez como nuevo gerente en propiedad ofreció retirarse sin generar más problemas. ¿Por qué mantiene su obsesión por seguir al frente de la empresa, en contra de la corriente? Hace tres meses creíamos que se comenzaría a despejar el panorama de la empresa, para que pudiera concentrarse en su objeto social, pero no salimos aún de un laberinto que cada vez se ve más enredado.

Ya van cerca de siete meses en los que Empocaldas aparece con dos gerentes, sin saberse aún cuál es el auténtico. Si esta empresa venía de capa caída desde muchos años atrás, y se llegó a pensar en la posibilidad de liquidación ante los resultados irregulares que venía presentando, ahora el panorama se ve más oscuro. Ojalá que los reparos que ha venido haciendo la Contraloría de Caldas no pasen de ahí, y que pronto pueda comenzarse en serio un necesario proceso de recuperación, que la lleve a ser próspera nuevamente.

Confiamos en que no pase más tiempo del estrictamente necesario para que todo vuelva al orden, y que Empocaldas pueda continuar con los proyectos que se han visto perjudicados por esta coyuntura. Los distintos municipios de Caldas tienen la expectativa de recibir apoyo y acompañamiento en las obras de acueducto y alcantarillado que están pendientes, y que debieron estar resueltas hace tiempo. Empocaldas tiene todo para ser una empresa ejemplo en la región, por lo que no podemos permitir que personalismos y manipulaciones políticas acaben con su inmenso potencial.