Corren buenos tiempos para cafeteros, pero no tanto como para pensar en que serán duraderos. Hacía rato no se combinaba una cosecha cafetera con buena cantidad de producción, con calidad del grano y con buen precio interno y externo. A la hora de recoger los últimos granos resulta interesante hacer un balance y revisar de nuevo cómo se puede aprovechar de la mejor manera la positiva coyuntura. Pasó más de un lustro para que la carga volviera a ver un precio superior a seis cifras.
Han dicho los especialistas que la incertidumbre de los mercados internacionales se mantiene en muchos aspectos y el café no escapa a esa realidad global. Por ese motivo, dicen, los cafeteros deben aprovechar para hacer un ahorro. Ojalá pudieran hacerlo, pero lo primero es intentar ponerse al día con los créditos. Bien se sabe que el cafetero depende de los bancos para poder sostenerse y hacer las inversiones necesarias mientras llega el grano salvador.
Con la productividad este año se mantendrán los niveles del 2015, por encima de los 14 millones de sacos, pero para llegar en cuatro años a 20 millones como se ha fijado la meta se requiere de que los recursos prometidos por el Gobierno nacional para reactivar los programas de competitividad se cumplan, tema que será seguramente abordado en el Congreso Cafetero de los próximos días. Hasta ahora según el Comité Nacional el Gobierno no ha entregado ni el 50 por ciento de lo prometido para este año.
Esta cosecha cafetera que termina ratificó que la recolección manual del grano no garantiza que se pueda hacer en el ciento por ciento de los predios. Cafeteros del occidente y del norte de Caldas vieron con preocupación cómo sus palos cargados de frutos rojos pudieron perderse por falta de mano de obra. Esto ya no es coyuntural, se trata de un problema estructural y lo mínimo que se espera es que Cenicafé trabaje duro en la creación de prototipos que ensayen la mecanización de esta parte del proceso. Continuar como hoy es arriesgar a que mañana se pierdan cosechas enteras y eso no tiene razón de ser.
Es importante que se preparen los terrenos y los árboles para futuros graneos. Se hace necesario que los cultivadores mantengan la preocupación por la calidad, de modo que el precio no vaya a caer por falta de esta. Como el precio actual puede haber sido asunto de coyuntura con más razón se necesita de racionalidad para procurar futuras producciones óptimas. Que Gobierno y Federación actúen pronto para ayudar a los cafeteros a montar sus planes de mejora de la productividad.
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