Cuando por primera vez se había concretado la posibilidad de llegar a un acuerdo entre entidades públicas y víctimas para el pago de una indemnización por una tragedia, no se entiende cómo se vuelve a dilatar este asunto. Este proceso se ha cumplido con sumo cuidado, con la atención necesaria que requiere el uso de recursos públicos, con el acompañamiento de organismos de control, con la sensibilidad que necesita entender el dolor de quienes perdieron a sus seres queridos. Es una tragedia que tocó a todos en Manizales, pues fueron 48 víctimas de un sector tradicional, en donde es difícil no haber sabido de algún amigo o pariente que resultara afectado por ella.
La indemnización no devolverá a nadie a la vida, pero es el mínimo reconocimiento a la sucesión de errores cometidos, desde la falta de soluciones profundas sobre una ladera, hasta la deficiente respuesta a los llamados en los minutos previos a la tragedia. Poner a estos sobrevivientes a patinar el pago, a defraudarse una y otra vez, no tiene razón de ser, así ahora parezca que este nuevo paso es fundamental. Lo que molesta es que apenas ahora se caiga en cuenta de tamaño olvido procesal y que corresponderá al Tribunal de lo Contencioso Administrativo avalar el acuerdo, y no a la justicia penal como hasta ahora se había hecho. Esto debió saberse desde el principio, pues estamos hablando de recursos cuantiosos y de dolores inconmensurables.
Les asiste razón a las víctimas de Cervantes que han mostrado su malestar por esta situación que se presenta, además, en pleno cambio de Gobierno. Su temor es que la nueva Administración manifieste que no puede honrar los compromisos de otros y que deberá empezar de cero un nuevo proceso. Si llegaren los nuevos integrantes de la Alcaldía a argumentar esto, razón les asistiría en decirlo, pero esperamos que pese mucho más la sensibilidad y tengan en cuenta que lo aquí trazado ha sido una hoja de ruta, que se ha demorado precisamente por mantener el cuidado que requiere cuando se trata de recursos públicos, que no son otra cosa que el derivado del pago de los impuestos de los manizaleños.
Ojalá también en el Tribunal se le dé prioridad a esta conciliación que se requiere refrendar para que se pongan todos los seguros, y de esta manera se les cumpla a las víctimas y deje de suceder como hasta ahora, que parece que se buscará dilatar la decisión y dejarla en manos de la próxima Administración municipal. Qué bueno fuera que esto se resolviera pronto y no se continúe retando la paciencia de las víctimas de Cervantes, para que por lo menos puedan tener en sus manos un recurso que les ayude en lo económico, así en su dolor nunca se pueda saldar la cuenta. Es entendible que los funcionarios públicos que han participado en la conciliación quieran blindar jurídicamente sus actuaciones, pero es lamentable que esta Alcaldía no haya terminado con todo el proceso, a pesar de la voluntad mostrada en el discurso, que falló en las acciones definitivas.
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