La fiesta de los libros

El 10 de mayo de 1933 miles de libros ardieron bajo una hoguera armada por los nazis. Hoy, quienes visitan Berlín, pueden pararse sobre una losa de cristal en Bebelplatz y observar abajo una estantería vacía, que tiene el espacio exacto que se calcula ocuparían los textos quemados. Primero fueron los libros, luego vinieron los campos de concentración, las quemas humanas, tal como lo había presagiado Heinrich Heine en 1817: "...ahí donde se queman libros, se terminan quemando también personas". 
Enamórate de los Libros es el lema con el que la Feria del Libro de Manizales en su VI versión comienza hoy un nuevo capítulo para hacer de la palabra una fiesta. Los asistentes podrán interactuar con autores de Costa Rica, México, Perú y Colombia o participar en talleres de crónica, literatura juvenil, escritura científica, ilustración digital, entre otros. Abrirá la actividad Piedad Bonet, poeta, dramaturga, columnista y profesora de literatura, quien tiene seguidores no solo por sus obras literarias, sino también por sus ensayos. La actividad de la Universidad de Caldas es una alianza con el Festival Internacional de Teatro, el Ministerio de Cultura y Alianza por la Lectura. 
Será una semana llena de cultura, entre las tablas y las letras. No obstante, sería bueno intentar en una próxima oportunidad que la Feria del Libro tenga unos días diferentes al Festival, pues es difícil para quienes gustan de distintas expresiones del arte asistir a la mayoría de eventos de ambos certámenes. Eso sí, Manizales ratifica que sigue siendo escenario propicio para la cultura y se demuestra de esta manera. El público tiene de dónde escoger y hay oferta para todos los gustos. 
El pasado domingo LA PATRIA publicó que en Caldas se calculan unas 49 mil personas analfabetas, mientras que en Manizales habría unas 10 mil. Es una cantidad por debajo de los promedios nacionales, pero que debe preocupar igual, pues cuando alguien pierde la oportunidad de leer incurre en una terrible forma de exclusión, la del conocimiento, y empieza a depender de otros para hacer hasta los trámites más sencillos. La ciudad está mucho mejor en este sentido, pues se considera que con solo el 2,8% de la población analfabeta está libre de este mal, pero es bueno aprovechar la oportunidad que se tiene de la literatura como puerta a la formación integral y ver que hay aún personas en nuestra sociedad que no pueden acercarse a ese fantástico mundo. 

Por el contrario, la semana pasada dimos cuenta en nuestras páginas de lo que sucede en colegios que se convierten en ejemplo como el de La Violeta en Manizales, en donde los niños aman los libros. Hay pequeños allí que leen hasta 20 textos al año, comparten la lectura con sus compañeros de clase y se atreven a hacer de bibliotecarios en las aulas. Al escucharlos se nota cómo se llenan de competencias en las que superan a otros pequeños de sus edades que no cuentan con esa oportunidad. Al conocer experiencias como esta se entiende la importancia de no bajar la guardia en incentivar la lectura. Esta entrega herramientas para comprender mejor el mundo y así a nadie se le ocurra en el presente o en el futuro quemar libros, sino hacer de estos una fiesta.