No es bien recibido el sistema de fotomultas que funciona desde mediados del mes pasado en un tramo de la vía entre Chinchiná (Caldas) y Santa Rosa de Cabal (Risaralda), por disposición de la Alcaldía del municipio caldense. Hasta mediados de esta semana los comparendos aplicados llegaban a los 8.700, para un promedio de algo más de 300 diarios, y aplicados en un trayecto de la concesión Autopistas del Café, sin que ese consorcio esté de acuerdo con su implementación.
La autorización para el uso de esa estrategia la dio el Concejo Municipal de Chinchiná al Alcalde en el 2012, y para ponerla en marcha fue contratada la compañía Construseñales, con personería jurídica radicada en Barranquilla, la misma que también opera las cámaras de La Dorada, donde se ha generado polémica por una decisión similar. Lo de Chinchiná, sin embargo, ha causado un mayor rechazo, debido a que se está aplicando en una vía nacional alejada del casco urbano, y con cámaras móviles escondidas en un vehículo estacionado al lado de la carretera.
Como si fuera poco, además de que Autopistas del Café ha tenido que usar una estrategia contraria, informando con anticipación a los conductores acerca de la posibilidad de encontrarse con la amarga sorpresa, la misma Policía de Carreteras tiene dudas acerca de la legalidad de la aplicación de esos comparendos, al no ser la institución policial la que los emite. Frente a todos esos cuestionamientos, el alcalde Jair Tabares se empeña en decir que solo cumple con lo aprobado por el Concejo, en jurisdicción de su municipio, en el que es la primera autoridad. La misma Policía informa que es en el casco urbano donde ocurren más accidentes (69 en el último mes), por lo que es allí donde podría implementarse el sistema.
Pese a que es una carretera en los que los vehículos podrían transitar incluso a 80 kilómetros por hora, los conductores se han visto obligados a marchar por debajo de 30 kilómetros por hora, en un tramo en el que se había puesto una señal preventiva de 30 kilómetros. Para tratar de evitarles problemas a los usuarios, Autopistas del Café puso en su lugar una señal de 60 kilómetros, pero eso no ha sido suficiente para que dejen de llegar los comparendos a las casas de los dueños de los carros que cruzan por allí.
Por todo esto, aunque se argumenta que las fotomultas se aplican para ayudar a bajar los índices de accidentalidad, lo que se ve es que solo aportan discordia, mientras que se recogen cuantiosos recursos con fines meramente económicos, a costa de la incomodidad de los usuarios de la doble calzada entre Manizales y Pereira. Entre otros perjuicios, con estas medidas se atenta contra turistas que vienen desde Antioquia y el Valle del Cauca a disfrutar de los encantos del Eje Cafetero, con lo que en realidad los estamos es expulsando de nuestra región.
Ya hay intentos jurídicos para tratar de desmontar el acto administrativo que aprobó este desafuero, sin embargo, lo deseable es que la Administración Municipal se decida a reconsiderar la manera como está siendo aplicado, y que enfoque sus esfuerzos a los lugares en los que, en realidad, puede contribuir a que los accidentes disminuyan, en el casco urbano.
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