Europa, sin restricciones

Comienza a ponérsele fin a la odiosa discriminación que ha perseguido a los colombianos por décadas, y que se ha expresado de manera concreta en la exigencia de visa para poder ingresar a gran cantidad de países del mundo. A partir de mañana no será necesario ese documento para que un colombiano pueda entrar a la Unión Europea, compuesta por 26 países. Con solo el pasaporte será suficiente. El acto oficial a través del cual se dará ese paso trascendental se llevará a cabo hoy en Bruselas, capital de Bélgica, y allá estará el presidente Juan Manuel Santos, a quien hay que reconocer su esfuerzo para tumbar esta barrera. 
Es justo admitir que la eliminación de la visa requirió un proceso dispendioso que comenzó en el 2013 cuando el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, le solicitó a la Comisión Europea considerar la posibilidad de cancelar ese odioso requisito para los ciudadanos de Colombia y Perú. En varias instancias fueron analizadas las solicitudes, y poco a poco se fue consolidando una aprobación que demuestra que ya somos mirados de una manera distinta a como ocurría hasta hace poco. 
En la medida en que el país supere la violencia, no solo podremos viajar sin restricciones por territorio europeo, sino que será posible profundizar las relaciones y traer a nuestro país a más ciudadanos de ese continente que inviertan en nuestra economía y ayuden a fortalecer lazos culturales. Esto evidencia que Colombia está hoy en un sitial de respeto, pero lo más importante es aprovechar la oportunidad para demostrar que somos seres humanos creativos, éticos, de empuje y con enormes posibilidades de aportar positivamente al progreso de la civilización. 
La única restricción que se tendrá de mañana en adelante es que la permanencia en el Viejo Continente no podrá ser mayor de 90 días, lo cual tiene mucha lógica, pues no se trata de que se den procesos migratorios, sino que haya la posibilidad de hacer turismo. La verdad es que las condiciones actuales de nuestro país hace poco atractiva la posibilidad de buscar el “sueño” europeo de quedarse viviendo allí, cuando la situación económica y de seguridad podría estar mejor acá que allá, por ejemplo. Como sea, siempre será interesante y valioso poder conocer al continente en el que nació y se desarrolló la cultura occidental. 
A partir de mañana será un hecho que ir a Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Rumania y Suecia solo requerirá tener los pasajes de ida y regreso y demostrar que se tiene dinero para el sostenimiento durante el tiempo de estadía. Lo mejor de esto es que Suiza y Liechtenstein se acaban de sumar a la política de no exigir visas, lo que es un nuevo síntoma de la percepción positiva que hoy se tiene de nuestro país. 
Lo que está ocurriendo debería llevar a que el Reino Unido y los Estados Unidos adopten posturas similares, que reconozcan los cambios que se vienen dando en Colombia, y se ponga fin a la humillación que hemos sufrido en mucho tiempo. Determinaciones como esa podrían darle más fuerza a los tratados de libre comercio que se tienen, al facilitarles a los empresarios el establecimiento y consolidación de intercambios comerciales. 

También hay que avanzar hacia lograr que no solo haya facilidades de viaje y estadía para los turistas, sino que para quienes pretenden estudiar allí se tengan permisos más amplios, pues en muchos casos ese es un obstáculo para los latinoamericanos, en general. La cooperación en materia educativa debe ser un nuevo gran objetivo ahora que la visa no impedirá que podamos ir a Europa.