El silencio electoral busca que factores extraordinarios no empañen la campaña electoral. Es la razón para que se prohíban las aglomeraciones públicas y evitar posibles ánimos caldeados, para que las encuestas no influyan en la decisión de los electores y para que los candidatos se concentren en promover sus propuestas, lo que esperamos que así sea luego de la dura campaña que se ha adelantado hasta ahora, en donde los escándalos son los que han robado la atención de la opinión.
Esta semana deben aprovecharla los candidatos para hacer énfasis en las diferencias que los marcan con sus rivales, pues los ciudadanos necesitan conocer los matices de las propuestas y saber exactamente cuál es el país que tendrán con uno u otro gobernante. Si bien la posición en torno al proceso de paz es un aspecto relevante no es la única materia que deberá atender el elegido. Es bueno que los electores tengan claro cuál es la posición en temas como mejorar la calidad de la educación, superar las dificultades del sistema de salud, reducir la corrupción, promover una reforma profunda y suficiente a la justicia, sobre cómo se abordarán los temas económicos -entre ellos la llamada bomba pensional- y decidir en torno al medio ambiente, el futuro del campo y la necesidades de preservar nuestros amenazados ecosistemas.
Ojalá lleguen las ideas y el debate con altura en cada uno de los campos para que los electores luego no digan que no tuvieron oportunidad de conocer mejor las iniciativas y propuestas de los candidatos a cada problema. Hay que decir, en todo caso, que la buena salud que ha mostrado la economía en el país, a pesar de la dura campaña electoral, obedece en buena parte a que el abanico de candidatos es de lujo, pues se trata de personas que se han preparado toda su vida para gobernar el país y tienen la capacidad para hacerlo, conocen lo público y brindan tranquilidad a los mercados.
La anunciada tregua de las Farc y el Eln para permitir que las elecciones se adelanten sin sobresaltos seguramente también contribuirá a tener un proceso seguro y ayudará para que no haya presiones de ningún tipo a los electores y puedan decidir con total tranquilidad, sin temores. Esperamos que esa tranquilidad se vea reflejada en una alta votación, pues nada más perverso para el sistema democrático que los altos índices de abstención. Hay motivaciones suficientes para llevar a los electores a las urnas.
En una campaña marcada por los escándalos y las encuestas, que han tenido una importante variación, sí que resulta interesante este silencio electoral, pues no hay manera de que se pueda conocer qué están diciendo estas en la semana definitiva y nadie podrá alegar que influyeron en el resultado. Estas deben ser miradas como lo que son: una herramienta para medir el pulso a la opinión pública, para ver tendencias, pero no como hechos cumplidos, como a veces se presentan y terminan por confundir al elector que no comprende bien cuál es su alcance.
Esperamos prudencia, aporte de ideas y altura en la confrontación. Esta semana de silencio debe ser también de toma de conciencia por un voto informado y qué importante sería que los electores asumieran el papel que les corresponde de saber cuál es la posición de sus candidatos, pues bien conocemos que son más las pasiones las que motivan el voto que las razones y por ese motivo, en tantas oportunidades, el elector puede terminar arrepentido. Ese es el pedacito de responsabilidad que nos toca asumir como ciudadanos de una democracia participativa. Hagámoslo.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015