El segundo tiempo

Ahora que en Colombia los mandatos presidenciales se volvieron de dos tiempos es necesario el reacomodo de fichas para la segunda parte, lo que acaba de hacer Juan Manuel Santos con nombramientos, movimientos y ratificaciones. Armar un gabinete es una acción de alta cirugía, pues se trata de conciliar eficiencia técnica, equidad partidista y representación territorial con los lineamientos del Plan de Desarrollo. Lo importante es que los ministros y directores de departamentos administrativos asuman la responsabilidad que les fue encargada con la competencia que se espera de ellos y con el fin, como lo señaló el presidente al anunciar el gabinete, de trabajar en la reducción de las brechas de desigualdad. Además, no solo se trata de cumplir lo que quedó pendiente del pasado gobierno, sino que se debe responder con las nuevas promesas hechas durante la campaña para el segundo mandato.

Con los ratificados no hay mayores cuestionamientos. Tanto Mauricio Cárdenas en Hacienda, Juan Carlos Pinzón en Defensa, María Ángela Holguín en Relaciones Exteriores, Alejandro Gaviria en Salud, Luis Felipe Henao en Vivienda y Diego Molano en TIC han cumplido una labor destacada y es la oportunidad para consolidar su trabajo en las tareas que quedaron pendientes. Tal vez se espera más de la ministra de Cultura, Mariana Garcés, pero también se sabe que el presupuesto no ha sido precisamente amplio para esta cartera, ojalá ahora tenga la oportunidad de poder ejecutar más recursos y cumplir.

Los cambios afectarán seguramente las relaciones de Caldas con el alto Gobierno. Sin ser de este departamento, Tatyana Orozco desde el Departamento Nacional de Planeación y Cecilia Álvarez desde el Ministerio de Transporte fueron importantes aliadas para reencaminar el Aeropuerto del Café y para sacar adelante varias iniciativas de competitividad para la región y la posibilidad real de contar con una vía apropiada para comunicarse con Bogotá, entre otros temas. Seguramente desde sus nuevas posiciones en el Departamento para la Prosperidad Social y desde el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo seguirán siendo nuestras aliadas, pero indudablemente ahora se deberá empezar a convencer a nuevos funcionarios sobre las necesidades de la región, de lo que ellas ya estaban convencidas.
 

Gabriel Vallejo, el caldense en el gabinete, que cumplió una destacada labor al frente del DPS tiene ahora un reto complicado, dirigir la política ambiental. Esta cartera se ha convertido en blanco de ataques de todo tipo, pues allí se debe tener sindéresis, ya que se mueve entre dos derechos prioritarios, la protección ambiental y el desarrollo, pues de sus decisiones dependen muchas de las grandes obras, pero también el futuro de las generaciones. Conciliar con argumentos técnicos y defendiendo siempre el interés general no ha sido tarea fácil para quienes lo antecedieron en ese cargo. Vallejo es un hombre con profundas convicciones que seguramente le ayudarán a tomar las mejores decisiones en bien del país.

La llegada de Gina Parody al Ministerio de Educación será prenda de garantía de contar con una persona que no teme tomar las decisiones complicadas para los cambios profundos que clama la educación, en el que el Gobierno prometió trabajar lo que sea necesario para lograr una Colombia más educada. Su paso por el Sena le ayudará seguramente, pero también su estudio profundo sobre la materia, en la cual se ha preparado durante años. Esperemos que tenga también la capacidad para escuchar y conciliar con los demás actores del sistema para lograr el cometido, pues debe ser una apuesta de todos y no solo del Gobierno.

Quienes se estrenan en sus puestos, junto con Aurelio Iragorri que pasa del Interior a Agricultura, tienen también tareas importantes en cada área a su cargo. Lo que se espera de ellos es que se ejecuten las políticas que el país está esperando desde hace rato. Es momento para ver resultados y no para seguir haciendo anuncios. Debe ser el gabinete de las ejecuciones y las entregas.