El ejemplo de los colegios rurales

Contrario a lo que podría pensarse, en los municipios de Caldas los colegios con los mejores niveles de calidad no están en los cascos urbanos sino en las áreas rurales. Así quedó en evidencia al observar los resultados del Índice Sintético de Calidad, donde La Florida, de Marquetalia; Santa Teresita, de Samaná, y Aguacatal, de Neira, obtuvieron los más altos puntajes, en Primaria, Secundaria y Media, respectivamente. De manera global, con relación a los resultados del 2015, puede afirmarse que el nivel va en ascenso, pero falta todavía mucho trabajo. Las notas siguen muy por debajo de lo ideal.
Ruby López, profesora de La Florida, en Marquetalia, señala que la clave es que los niños experimenten el conocimiento, para que puedan conceptualizar. “Si el niño argumenta es más fácil y mejor su desempeño en todas las áreas y actividades”, explica la maestra. Algo tan sencillo, pero tan profundo que se traduce en resultados concretos que se notan y rompen paradigmas acerca de cómo mejorar la calidad educativa. Además, el hecho de comprometerse con programas nacionales como Todos a Aprender, que les sirve a los educadores para mejorar sus métodos de enseñanza y les aportan herramientas pedagógicas, también ayuda a seguir avanzando.
En el colegio Santa Teresita, de Samaná, las estrategias de enseñar matemáticas a través del juego y de dedicar una hora diaria a la lectura inciden de manera directa en las mediciones de calidad. De la misma manera, en la Institución Educativa Aguacatal, de Neira, se nota que hay un compromiso serio de toda la comunidad educativa para ser cada vez mejores, se observa un trabajo en equipo para alcanzar resultados positivos en las pruebas Saber II. Hay disciplina general para impulsar procesos que se reflejen en resultados cada vez mejores. Los colegios rurales dan ejemplo.
Las autoridades municipales de educación deben analizar lo que está ocurriendo y llevar a los colegios de los cascos urbanos el mismo compromiso, el mismo trabajo en equipo que se está logrando en numerosos colegios rurales, para que sigan el paso de la calidad e incidan en los resultados crecientes que experimenta el departamento. Desde la Secretaría de Educación de Caldas se viene haciendo un buen trabajo, sin duda, pero es necesario profundizar en los procesos de capacitación a los maestros en pedagogía, en inglés y en los conocimientos propios de las diferentes áreas.
En las calificaciones globales de Caldas, en Primaria la nota en el 2016 fue 5,39, en Secundaria 4,94 y en Media 5,38, en los tres casos por debajo del promedio nacional. Por su parte, los colegios de Primaria en Manizales lograron este año 5,73. En secundaria alcanzaron 5,82 y en Media 6,31. Los tres niveles por encima del promedio nacional, lo que muestra que vamos por buen camino en la capital caldense. No obstante, esta es una brecha que es urgente superar.
Lo cierto es que, en el contexto general, seguimos por debajo de los promedios nacionales, y Colombia permanece rezagada con relación a otros países similares en los estándares internacionales de calidad. Inclusive, la brecha con respecto a los países desarrollados se mantiene muy ancha, y si queremos que en realidad seamos el país mejor educado de Latinoamérica en el 2025, tenemos que trabajar sin descanso. La estrategia de invertir más en educación es acertada, y es la mejor manera de buscar un sitio de vanguardia en el mundo.

En otras ocasiones hemos lamentado los pocos estudiantes de municipios caldenses beneficiarios del programa Ser Pilo Paga, debido a los bajos puntajes alcanzados. Hay que mantener los procesos de calidad, de tal forma que en unos años, cuando los alumnos de Secundaria estén en la Media se aprecie un gran salto cualitativo, y así sucesivamente.