La educación fue tema fundamental en la pasada campaña política. Fue asunto de debate amplio en por lo menos tres encuentros de candidatos a Alcaldía y a Gobernación y se promovieron pactos que ratificaran el compromiso por hacer de la calidad una meta en la ciudad y la región. Bueno es recordar que justamente por estas calendas hace cuatro años 99.205 manizaleños votaron por hacer de la educación lo más importante también en sus familias y para exigirles a los gobernantes que lo hagan también en sus planes. Los resultados en esta materia son halagüeños. Aunque muchos dicen que la inversión que se haga en este aspecto verá resultados a muy largo plazo, la realidad muestra que se empiezan a ver cambios desde muy temprano.
Los resultados de las Pruebas Saber 11, que se conocieron la semana pasada, demuestran que Manizales y Caldas han escogido el camino correcto. Aunque falta mucho para poder sentirnos satisfechos y compararnos con los mejores del mundo en estos resultados, es evidente la mejora año a año. Esta se suma a los prometedores resultados en otros exámenes como las pruebas Pisa, y obliga a hacer todo el esfuerzo hasta lograr promedios de excelencia y dejar atrás la mediocridad que muestra todo el país.
No es para cantar victoria, pues apenas la ciudad es séptima entre las ciudades capitales e intermedias. Pero lo que estos números logran es motivar, invitan a no desfallecer y a seguir sumando avances que lleven a cumplir el objetivo trazado por la sociedad civil, representada en Estoy con Manizales e incorporado en el Plan de Desarrollo del Gobierno que termina, que es hacer de la ciudad, una sociedad con un desarrollo basado en el conocimiento, cuyo pilar es la educación de calidad.
Manizales se encuentra en un grupo de ciudades que lideran el proceso de mejora educativa, con Bucaramanga, Pasto y Bogotá. Obviamente esto es parte de una sumatoria de voluntades. Estas conquistas son resultado de esfuerzos diversos como el apoyo de la Fundación Lúker, los programas de incentivos a maestros y estudiantes que el Gobierno local ha empezado, como el convenio con la Universidad Nacional para brindar un preuniversitario a dos mil estudiantes de la ciudad; las becas a profesores para doctorarse; la Jornada Única con apoyo del Gobierno Nacional; y la formación técnica que logran casi tres mil estudiantes, lo que les brinda mayores competencias y, por tanto, están mejor preparados para responder a situaciones complejas o problemáticas, cosa que también mide el examen.
Los electos alcalde de Manizales y gobernador de Caldas valoran la educación como impulsor del desarrollo humano y, por tanto, del colectivo.
De ahí que es importante que apliquen sus promesas, que más pronto que tarde miren cómo dan continuidad a los programas que están operando y mostrando resultados, que impriman sus sellos y corrijan en lo que consideren que puede resultar mejor de otra manera. Es importante que se nutran de las ideas que dieron otros candidatos y que ven posible implantar de cara a dar ese salto superlativo que se requiere. También es necesario que la ciudadanía continúe apostándole a refrendar el compromiso de hacer de la educación lo más importante en sus hogares y en la ciudad. Es posible, pero hay que seguir trabajando en ello y hasta acelerar.
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