El ‘blanco’ en la penumbra

Pensar en armar un buen equipo para el segundo semestre es el crucial objetivo que tienen ahora los directivos del Once Caldas, cuyo fin de primer semestre se constituye en el peor durante, por lo menos, 23 años. Lo más triste es que se llegue a esta condición de terminar penúltimo en la tabla de posiciones de la Liga Postobón, cuando hace ocho años celebrábamos el título en la Copa Libertadores de América y tras ser considerado el equipo de la década pasada en el rentado profesional colombiano, tiempo durante el cual ganó tres nuevas estrellas para su escudo.

Sin embargo, la meta de un equipo competitivo para el resto del año no está fácil de lograr. La exagerada carga de pasivos que lleva el club (que supera los $20 mil millones), debido a su mala administración, y una situación financiera que aún no se clarifica, ponen a los directivos del Once Caldas en una encrucijada que de no resolverse con sabiduría podrían arrastrar al equipo hacia problemas económicos más complicados y resultados deportivos aún más lamentables.

El gerente del Once Caldas, Duván Vásquez, ha admitido que los directivos se han equivocado y que como resultado de tales yerros los resultados son los que hoy lamenta la afición, y que frente al desafío del segundo semestre, no puede haber nuevas equivocaciones. “Hay que montar un proyecto serio y adecuado”, ha señalado, y esperamos que tal empeño sea el pensamiento de los miembros de la junta directiva, donde tienen que empezar por traer un nuevo técnico que recomponga el camino y le saque rendimiento a lo que hay.

En los partidos de la Copa Colombia se observó que en la plantilla del equipo hay jugadores que pueden aportar positivamente a la salida de la crisis, tal y como se vio en el partido contra el Huila, ganado por goleada. En tales condiciones es mejor que los protagonistas de la indisciplina se vayan, que quienes no tienen un compromiso con la institución les abran posibilidades a otros, y que se haga uso de refuerzos provenientes de las propias canteras del Once, donde hay muchos jugadores buscando una oportunidad.

En esto, sin embargo, no podemos caer en el facilismo, sino buscar equilibrios entre experiencia y juventud, y armar una escuadra que tenga posibilidades de llegar a la final del campeonato, sin exagerar en los costos. Es evidente que armar equipos demasiado costosos, como ocurrió en el 2010 y 2011, no es garantía de buenos resultados deportivos, pero sí de descalabros económicos. Tampoco podemos irnos al otro extremo, y pensar que con un equipo modesto en exceso podremos pelear el arribo a finales. Prudencia e inteligencia tienen que ser los insumos clave hoy en el Once Caldas.
 

A los nuevos recursos que llegan por concepto de la televisión es necesario darles un manejo muy estratégico, que evite sobre todo crisis en el pago de salarios y demás, los que también puede poner en riesgo el reconocimiento deportivo que hace Coldeportes, como ya les ha pasado a otros equipos. Además, así no hay disculpas para no exigirles rendimiento a los jugadores, quienes si hay un proyecto serio y adecuado, para usar las palabras de Vásquez, tendrán que comprometerse con entregarles satisfacciones a los aficionados.

Ahora bien, en el fondo del actual caos, hay un sentimiento de desconfianza en la actual dirigencia, en parte motivada por el manejo que se le ha dado al proceso de democratización, que algunos ven como manipulado. Los actuales dirigentes no deben ignorar tales reparos, deberían aprender del revés que tuvieron en el Concejo Municipal a sus pretensiones de exoneración, por ejemplo, y tratar de abrirse más a la ciudad a través de servicios reales de alcance social. Entre sus objetivos debería estar recuperar la confianza de los hinchas, muchos de los cuales estarían dispuestos a aportar económicamente al equipo, si ven que hay coherencia y seriedad en el manejo.