Las cifras de las desapariciones en Colombia son realmente escabrosas. Las de Caldas igual. Un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica presentado este año da cuenta de que en el país se han presentado 60 mil 630 casos de desapariciones, de las cuales poco menos de la mitad se atribuye a hechos causados por actores del conflicto, 29 mil 285. De acuerdo con la Procuraduría General de la Nación, de este total, a las Farc le corresponderían 2.760 de estos crímenes, los cuales se espera que se empiecen a esclarecer.
LA PATRIA, como cada año, recuerda a las víctimas de desapariciones en el país, entre las que se encuentran las que han sido causadas por terceros, conocidas como forzadas, muchas de ellas que terminan en muertes, y también las de decenas de personas que en momentos de angustia, de una situación de choque o por el desarrollo de alguna enfermedad mental van dejando sus hogares y se pierden sin dejar huella. Está demostrado, dicen los especialistas, que no hay dolor más grande que el de un ser querido del que no se tiene idea qué pasó con su vida.
Por eso, este mal silencioso en Colombia requiere de mayor atención. No puede ser que en el país se presente una desaparición cada ocho horas, en promedio, y no lo entendamos como un asunto delicado, como un mal que nos recuerda que las formas de la violencia se manifiestan de distinta manera y que se requiere algún tipo de estrategia que realmente ataque este problema.
No podemos conformarnos con esperar a sacar los cuerpos de las fosas comunes en las que permanecen muchos de ellos, como dos familias del oriente de Caldas, que apenas pudieron recibir este año los restos de sus seres queridos, hasta ese momento entendidos como desaparecidos, uno víctima de las Farc, otro de las Auc.
La inminente desmovilización del grupo guerrillero más viejo del continente seguramente traerá la verdad a muchos hogares. No sería raro que adolescentes y jóvenes que antes fueron desaparecidos sean hallados en las filas de esa organización. Eso seguro pasará en varios casos, como lo mostró un informe del equipo de paz de LA PATRIA que viajó a los Llanos del Yarí a la conferencia de las Farc, y vio cómo muchos muchachos intentaban comunicarse con las familias que no sabían de ellos. Esto podrá ayudar, pero insistimos en que los desaparecidos son un mal que va mucho más allá de la violencia de los grupos armados, es un asunto estructural en el país que requiere la máxima atención.
Por eso, LA PATRIA recuerda a los desaparecidos de Caldas, 1.197, una cifra que al verla causa escozor, pero que esconde en cada nombre el drama de una familia entera, desesperada, por la situación que le corresponde vivir. A esto se suma cierto desdén de algunas autoridades, que a sabiendas de que las primeras horas de cualquier desaparición son vitales para su hallazgo, solo se limitan a restarle importancia al hecho. Por ahí debemos empezar por la sensibilización de quienes tienen a cargo la investigación de estos asuntos y por brindar el apoyo necesario a las familias. Hacer todo lo que sea posible para hallar a sus seres queridos.
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