De cara a la integración

Ahora son los concejales de Chinchiná, Manizales, Neira, Palestina y Villamaría los que suman su voluntad a la de los actuales gobiernos de estas localidades de cara a la integración de la región centro-sur de Caldas, la cual está conformada por poco más de la mitad de los habitantes del departamento. Parece que por fin se vienen dando pasos ciertos en este viejo anhelo que se plantea desde hace rato, pero que las desconfianzas y los sesgos políticos han impedido.

En la reunión realizada por los concejales de estos municipios el pasado miércoles en Villamaría firmaron un acuerdo de voluntades “por la integración regional y la asociatividad territorial”, lo que reafirma el propósito planteado en los planes de desarrollo de algunas localidades. Ahora que las voluntades se están haciendo expresas, es necesario aprovechar esta sintonía para seguir concretando acciones que permitan que esta unión sea duradera, y se trascienda del papel y de las buenas intenciones, pues esta etapa ya se debe dar por cumplida.

Es indispensable que para empezar a mostrar resultados se trace una hoja de ruta clara, con acciones, metas y priorizando los beneficios para los ciudadanos que, al final, son lo que más debe interesar; asociarse para que se brinde una mejor calidad de vida a todos los habitantes de estas localidades. Por eso es clave que se generen diálogos más concretos que permitan resultados y a medida que se den los logros ir sumando más convencidos a esta causa, que debe ser la de todos, pues unidos podremos conseguir mayores resultados.

Hay que recordar que el Gobierno nacional viene incentivando este tipo de procesos integracionistas en aras de una optimización de los recursos. Por eso, como lo recordó esta semana en su visita a Manizales la directora nacional de Regalías, Amparo García, tendrán más oportunidades de arañar dineros para proyectos los municipios que se alíen con sus vecinos. De ahí que sea la oportunidad no solo para que se concrete el sueño de trabajar conjuntamente en nuestras localidades, sino para emprender proyectos ambiciosos que realmente mejoren nuestra conectividad, y compartir los beneficios.

Hay que resaltar la actitud que ha asumido la Alcaldía de Manizales, de no mirar a sus vecinos con el ánimo de imponer su criterio, pecado que se cometió en otras administraciones, sino con el sentido de sumar y ver cómo se puede aportar; mientras que la Gobernación se ha lucido con su ayuda para que estos procesos se concreten, aunque aún se espera que desde la Secretaría de Planeación se brinden los instrumentos técnicos necesarios para que esto sea una realidad.

Lo que se tiene identificado es la falta de recursos para avanzar de manera más cierta, pero con las posibilidades mencionadas se debe tener claro qué se pretende hacer y con qué prioridad, para de esa manera apostarle a presentar proyectos en busca de dineros nacionales, pero también internacionales, pues si se hace con sentido seguramente habrá cooperación interesada en acompañar procesos exitosos.

No se puede desconocer que hay además hechos metropolitanos que ya se vienen dando y es oportuno sintonizar a los ciudadanos con tales iniciativas. La construcción de obras como el cable a Villamaría, que esperamos finalmente se concrete, del Aeropuerto del Café, y la cercanía hoy de Chinchiná gracias a la Doble Calzada son solo algunos de ellos, pero se requiere hacerlos como parte de un proceso lógico. Por eso debería empezar a construirse entre todos, con la ayuda de las universidades que ya tienen algún recorrido en ello, un Plan de Desarrollo Regional que permita potenciar las posibilidades. Se está caminando con pasos ciertos y con voluntad. Qué bueno que se continúe con ese mismo ritmo y veamos concreciones lo más pronto posible.