El macroproyecto de renovación urbana de la comuna San José es, tal vez, la obra más importante de infraestructura en Manizales. Además de pretender reubicar a cientos de familias que han vivido por décadas en zonas de alto riesgo, su ejecución significará nuevas dinámicas en el centro tradicional de la capital de Caldas y alternativas de expansión en una ciudad en la que su topografía le ha impedido tener un mayor crecimiento físico.
Resulta, por esto, muy complicado que la Empresa de Renovación Urbana (ERU) que administra ese proceso esté pasando por una crisis en la que los recursos aparecen esquivos. Además de los problemas para la compra de predios, razón por la cual no le han llegado recursos para funcionamiento este año (recibe el 2% de los avalúos), se tiene ahora el atraso en el pago de los salarios de los empleados durante los dos primeros meses del 2012, además de deudas con prestadores de servicios y contratistas.
Ahora bien, hay que ser conscientes de que esta situación no es nueva, pues en el balance financiero del año pasado se encuentra que se terminó con un déficit de unos $500 millones, y desde la anterior administración se vive un atraso en el proceso de la compra de predios (para lo cual cuenta con $1.200 millones este año). Lo crítico es que se esté pensando en acudir a un crédito de tesorería para ponerse al día con los temas laborales y con las primas de seguros que no se han cancelado, como lo ha manifestado el gerente de la ERU.
Hay que analizar, así mismo, el papel desarrollado por el Patrimonio Autónomo y sus costos, con el objetivo de llegar a un esquema en el cual se dejen atrás los lastres que han podido actuar como frenos del proceso. La administración del alcalde Jorge Eduardo Rojas debe concentrarse en destrabar todos los obstáculos por los que hoy pasa el macroproyecto, para corregir el rumbo y darle el vuelo que necesita con urgencia. La renuncia de Fernando Montoya a la gerencia del Patrimonio Autónomo puede ayudarle al mandatario a reenfocar las tareas y encontrar salidas para el macroproyecto.
La gerencia de la ERU debe buscar superar rápidamente la actual crisis y enfocarse en la tarea de lograr la meta de comprar cerca de mil predios este año, con lo cual podría garantizar la estabilidad financiera que requiere. También debe trabajar con eficiencia en la búsqueda de otras alternativas gerenciales con las que pueda prestar servicios y atraer nuevos recursos. De hecho, un objetivo fundamental para este año es trazar una estrategia para superar el déficit. De otra manera, si resulta ser inviable, habría que liquidarla y eso sería muy perjudicial para el macroproyecto.
Con respecto a los recursos de la Nación, es bien sabido que el Fonvivienda tiene el compromiso de girar $40 mil millones para Vivienda de Interés Prioritario que se construirá en ese sector. El monto es bastante significativo y requiere un manejo muy eficiente, por lo que los atrasos podrían resultar muy lesivos para lo que se tiene planeado.
Lo proyectado en San José es supremamente importante para la ciudad, hay allí una apuesta de futuro que no podemos dejar en el aire, con ambiciosos planes de vivienda y nuevas vías, como la Avenida Colón, de las que se espera un gran impacto a favor de la movilidad. También es necesario, por esto, buscar el concurso y compromiso del Gobierno Nacional para que haya un flujo de recursos que permita agilizar las obras habitacionales, así como las ambientales y de recreación, e ir teniendo consecuencias sociales positivas.
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