Se necesitará cerca de año y medio para que Caldas comience a ver las primeras obras del proyecto vial Pacífico III, que hace parte de las llamadas Autopistas de la Prosperidad, con las que se pretende acercar a Medellín al puerto de Buenaventura (Valle), y de paso también a Manizales hacia ambos destinos. Se tendrán que hacer primero los diseños definitivos, gestionar las licencias ambientales y adquirir los predios, antes de que en el 2016 la maquinaria esté en la carretera.
Pacífico III, concesión entregada el pasado 15 de julio al consorcio colombo-costarricense Mario Huertas-Meco, corresponde al tramo entre La Pintada (Antioquia) y La Virginia (Risaralda), pasando por La Felisa, Irra y un túnel que será llamado Tesalia, de 3,43 kilómetros de longitud, que saldrá hacia el sector de Asia, frente al municipio de Viterbo. Además, comprende la doble calzada entre el sector de Tres Puertas y La Manuela, en el Municipio de Manizales, con el fin de conectar el proyecto nuevo con la doble calzada entre la capital de Caldas y Armenia, pasando por Pereira.
Para el desarrollo de estas obras resulta muy positivo el anuncio de que el 60% de las personas que estarán vinculadas al proyecto serán contratadas en la región, y que se les dará oportunidades a los ingenieros locales, quienes sin duda cuentan con las capacidades técnicas y los conocimientos necesarios para desarrollar un trabajo excelente. Se habla de unos 4 mil empleos directos. Así las cosas, la inversión de cerca de $1,29 billones, como es el cálculo inicial de los costos, tendrá que arrojar buenos resultados en materia de empleo y beneficios económicos a la zona de influencia.
Esperamos que la ampliación que se anuncia de la vía, más que una simple mejora del ancho de los dos carriles actuales quede con tan buenas especificaciones que realmente permita que el viaje entre Manizales y Medellín se demore solo dos horas y media, como es la promesa que se ha manejado. Los caldenses tenemos que tener en la mira el desarrollo de esta obra y permanecer vigilantes para garantizar que la calidad y oportunidad de los trabajos corresponda al objetivo de que sea una carretera que ayude a mejorar la competitividad regional. Ojalá que la carretera con voladizo, que está prevista, quede muy bien y cumpla con los propósitos.
Bajo las directrices de la nueva Ley de Infraestructura tendrá que garantizarse que para el 2020 el proyecto entre en operación, incluyendo los puentes y los túneles previstos, y que los costos se mantengan en los niveles planeados, ya que el haber avanzado hacia estudios de fase tres no permite las vergonzosas equivocaciones del pasado.
A futuro, con la ejecución de los demás tramos de las Autopistas de la Prosperidad, se busca que la salida al Océano Atlántico, a través del Golfo de Urabá, esté a unas pocas horas del Eje Cafetero, y que la conexión rápida entre los dos océanos deje de ser una utopía. Si todo esto se concreta, tomará cada vez más sentido la posibilidad de tener un gran puerto seco en territorio de Caldas, que sea un emporio de logística en todo el centro del trayecto entre ambas costas.
El concesionario encargado de las obras parece ser serio, no de otra manera habrían podido ganar las licitaciones para la vía Girardot-Puerto Salgar y la nueva autopista entre Cartagena y Barranquilla. Entre las tres obras la inversión será de cerca de $4 billones, lo que muestra la magnitud de su responsabilidad. También esperamos que no se resulten instalando más peajes de los previstos hasta ahora y que sus precios sean razonables, muy acordes con las nuevas condiciones en las que va a quedar la carretera.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015