Desde la llegada del presidente Juan Manuel Santos a la Casa de Nariño, hace cerca de dos años, Colombia retomó el interés de mejorar sus relaciones con todo el mundo, pero con gran énfasis con los países que comparten la cuenca del Océano Pacífico, lo cual dio esta semana un hecho concreto: la creación oficial de la Alianza del Pacífico, integrada por México, Perú, Chile y nuestro país, que además de tener costas en dichas aguas y estar en América Latina, sus actuales gobiernos comparten visiones y expectativas.
El acuerdo logrado el miércoles en territorio chileno, con la presencia de los mandatarios Felipe Calderón (México), Sebastián Piñera (Chile), Ollanta Humala (Perú) y el presidente Santos, aspira a no quedarse solo en declaraciones de buena voluntad, ni a interesarse solo en temas de integración económica, sino a trascender, como debe ser, hacia otras esferas de cooperación y avanzar juntos hacia un intercambio comercial organizado y bien estructurado hacia el continente asiático.
De hecho, el núcleo de esta iniciativa tiene que girar en torno al gran propósito de luchar de frente contra la pobreza en los cuatro países y buscar el crecimiento sin afectar la riqueza ambiental. Si se trabaja bajo esas dos premisas, por lo menos, se estará garantizando un futuro próspero y armónico, en el que se alcancen importantes avances conjuntos en medio de la diversidad social y cultural que caracteriza los respectivos pueblos, que juntos suman 215 millones de personas, con un ingreso promedio de 13 mil dólares por habitante. El posible ingreso futuro de Panamá y Costa Rica le daría más fuerza a la Alianza.
Un paso concreto, que apunta a mostrarles a los habitantes de los cuatro países que el trabajo va en serio, es el anuncio de que muy pronto serán eliminadas las visas para los ciudadanos de los cuatro países, con lo que será muy fácil desplazarse entre ellos haciendo negocios y turismo, lo cual va a beneficiar la economía regional. De hecho, el objetivo central de la Alianza del Pacífico es impulsar el crecimiento económico y crear empleos, en contraste con lo que ocurre en Europa, por ejemplo, donde la crisis mundial golpea fuertemente.
Esa vocación de mirar hacia el futuro que vienen demostrando los cuatro presidentes también apunta a tener un peso específico, no solo en el área del Asia-Pacífico, sino incluso en la realidad de una economía global, aprovechando que unidos estos países concentran más de un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina, y superan el 50% del comercio del subcontinente con el resto del planeta. Tras la reciente visita del presidente colombiano a China, tales cifras toman mayor relieve.
Se le va dando forma concreta a esa idea surgida en Lima el 28 de abril del año pasado, cuando los mandatarios de los cuatro países (Alan García estaba en ese momento en el Perú) se comprometieron a impulsar un área de integración en la que se garanticen la libertad de circulación de bienes, servicios, capitales y personas, entre lo que se cuenta, por ejemplo, la sincronización de las reglas de origen que permitirá dinamizar el intercambio comercial.
Otro avance que le da más peso a este grupo es el anuncio del próximo ingreso de México al Mercado Integrado Latinoamericano (Mila), que hace algunos meses conformaron Perú, Chile y Colombia, y que permitió la unión de operaciones bursátiles, las que se verían aún más beneficiadas con el acople de la bolsa de valores mexicana. De hecho, la Alianza del Pacífico, con todos los pasos que ha dado hacia la integración, se convertiría en la novena economía más grande del mundo, algo muy significativo en los actuales momentos de crisis internacional.
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