Los incendios forestales se han convertido en pan de cada día en las zonas rurales de Caldas. No pasa día sin que sea reportada alguna conflagración que destruye bosques y pone en peligro especies de fauna, con lo que se afecta gravemente la biodiversidad de la zona, considerada un valor singular de la región, componente que además de enriquecer nuestro ambiente es atractivo turístico de importancia superlativa. Las condiciones climáticas que estamos afrontando son de cuidado, y es necesario que se tomen serias medidas que nos blinden ante posibles emergencias por escasez de agua.
Además de que las corrientes de los ríos y quebradas han bajado ostensiblemente su nivel, debido a las altas temperaturas, los fuertes vientos de la época ayudan a que cualquier chispa que surja en las montañas se convierta en grandes llamas que se expanden con facilidad y contra las cuales se tiene que afrontar una verdadera lucha titánica, tomando en cuenta las condiciones empinadas de los terrenos, las distancias desde las carreteras transitables y la insuficiencia de equipo que padecen, en general, los cuerpos de bomberos en el departamento. Si a esto se le suma la posible existencia de pirómanos inconscientes, se forma todo un coctel de peligros para nuestros bosques y fuentes de agua.
Los meses que vienen no parece que serán fáciles en esta materia, si tomamos en cuenta que el fenómeno de El Niño que se creía ya superado viene reactivándose, y ahora se dice que podría extenderse hasta el primer trimestre del año entrante. El Ministerio del Ambiente y el Ideam han alertado sobre el aumento de las temperaturas en los meses que quedan de 2015 y una baja considerable en las lluvias que normalmente caen durante octubre y noviembre, lo que además de exponer nuestra riqueza forestal haría que las fuentes de agua se vean seriamente disminuidas, poniendo en riesgo la agricultura, la vida animal y hasta el recurso hídrico para el consumo humano.
En todo el país se habla, hasta el momento, de cerca de 3 mil incendios forestales este año, en los que se han consumido unas 63 mil hectáreas de capa vegetal (630 hectáreas en Caldas), gran parte de ellas en lugares que estaban poblados de bosques. Lo más complejo es que, al parecer, vienen los meses con temperaturas más altas, lo que podría agravar el panorama. Hay que hacer un gran trabajo de prevención y de denuncia de supuestos pirómanos, porque estos daños nos perjudican a todos. En Caldas debemos tomar consciencia de la seriedad del problema y evitar que se pueda llegar a posibles racionamientos de agua.
Las emergencias en los acueductos de amplias zonas de los municipios de Manzanares y Victoria (Caldas), entre otros, en días recientes, tienen que ver con situaciones conexas a las altas temperaturas, los incendios forestales y la falta de prevención de la ciudadanía. Los cultivos de productos agrícolas también se ven afectados, con lo que podría generarse escasez y precios altos de algunos alimentos. Se requiere un mayor compromiso de todos para que las llamas no aparezcan, para que las fuentes hídricas no pierdan su riqueza forestal en sus nacimientos y que, finalmente, al agua potable se le dé el uso adecuado.
Hacia el futuro se tendrá que pensar en la posibilidad de tener en Caldas embalses que nos ayuden a tener agua ahorrada para las épocas secas, y que nos den seguridad de suministro aún en los momentos en que las fuentes hídricas bajen sus niveles. Es un tema que, sin duda, requiere más análisis, pero que no puede descartarse para las próximas décadas.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015