ADRIANA OSORIO
NEGOCIOS | LA PATRIA
En 26 países de América Latina, Asia y el Caribe trabaja la organización Conservación Internacional. Su labor se enfoca en el cuidado de los recursos naturales en los procesos productivos de las comunidades rurales. En Colombia su trabajo ya completa 26 años.
Los caficultores son una población que atiende la organización, por lo que también participó en el Primer Foro Mundial de Productores de Café, en Medellín, donde dejaron clara la importancia de disminuir los impactos negativos al medioambiente, sin dejar de producir el grano.
Sebastian Troëng, vicepresidente de la entidad, participó en un panel durante el foro. Plantea que los recursos naturales que se utilizan para la producción de café también se deben incluir en el precio, pues ese costo lo pagan la sociedades. Troëng habló con NEGOCIOS.
¿Cuales son los desafíos hoy de la caficultura?
Creo que la caficultura, como muchas producciones agrícolas, debe lograr un desarrollo sostenible, verdadero, que toma en cuenta las dimensiones económica, ambiental y social. Para que la producción de café sea realmente sostenible, los productores y sus familias tienen que ser incluidos en los procesos y tienen que tener una vida digna. Debe ser económicamente rentable, pero también debemos tener en cuenta lo ambiental. Muchos productores hablaron durante el foro de la importancia del agua en la producción, y la calidad del agua depende de bosques intactos. Entonces para que la caficultura sea sostenible, tenemos que asegurar que no genera deforestación o impactos ambientales negativos. El gran reto es cómo logramos hacerlo bien desde lo ambiental, social y económico.
¿Qué salidas proponen ustedes para que no se genere ese impacto negativo y a la vez se produzca más café?
Un plan que hemos tenido con pequeños productores en Perú es un ejemplo. A esa zona llegamos porque había deforestación, era el área protegida con la más alta deforestación hace 10 años en ese país. Vimos que mucho de este problema se debía a la expansión de la caficultura y cuando profundizamos, vimos que eran pequeños productores de café de baja calidad, y lo vendían a intermediarios, a bajo precio. Por esto, para sostener a sus familias, tenían que expandir sus cultivos y contribuían a la deforestación. Llegamos a cerca de 500 acuerdos. Les dijimos que les dábamos la capacitación y los materiales para que ellos produjeran café de más alta calidad, con el fin de tener un mejor precio, y que sea certificado por comercio justo. Además, llevamos a los compradores para que no lo tengan que vender a intermediarios. El intercambio de ese beneficio es que se comprometan a no deforestar. Llevamos cerca de ocho años y hemos tenido certificaciones de empresas especializadas de que disminuimos la deforestación en 30%. Ahora es el área protegida mejor financiada en ese territorio.
¿Cómo conocer la disponibilidad de recursos naturales en las zonas cafeteras?
Hay dos herramientas: un análisis que hicimos para la Amazonía, no es una zona cafetera, pero trabajamos con los nueve países que la forman, para entender más sobre cambio climático y adaptación. Para Colombia desarrollamos la herramienta Tremarkos, nombre científico del oso de anteojos. Es en línea, gratuita e incluye mapas de información sobre áreas protegidas, territorios indígenas, especies amenazadas, servicios ecosistémicos. Las empresas que quieran hacer un desarrollo pueden entrar al mapa y saber dónde se van a ubicar, qué van a afectar. Así pueden decidir dónde hacer los desarrollos.
¿Qué papel cumple la tecnología para aprovechar mejor los recursos?
Algo interesante que sucedió recientemente es tener los datos de manera satelital y tan detallados que permiten tomar decisiones para sitios específicos, porque antes tenían baja resolución y uno podía aproximarse, pero ahora se tienen datos exactos para tomar acciones en cada zona. Un ejemplo de los análisis que se pueden lograr con esta tecnología es el informe del Ideam sobre la deforestación en Colombia, que subió el 44% entre el 2015 y el 2016.
¿Qué opina sobre la corresponsabilidad que piden en la cadena del valor del café?
Para lograr la sostenibilidad tenemos que trabajar todos juntos. Es interesante que se unan los productores, pero también los grandes compradores, y buscar una solución que funcione para todos. Muchos productores sienten que el precio que reciben no corresponde a los costos, pero incluso esto es antes de que se tengan en cuenta los insumos de la naturaleza, que también se deberían considerar, porque si la producción tiene un impacto sobre la naturaleza y los servicios ecosistémicos, es un costo que paga toda la sociedad y debería formar parte del precio de todos los productos agrícolas. Para lograr una solución que funcione para los consumidores, los productores, las empresas y el medioambiente es importante tener convocatorias como la del foro mundial y mirar las diferentes perspectivas.
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