Responsabilidad social requiere más esfuerzos

Adriana Osorio

LA PATRIA|MANIZALES

A la responsabilidad social en las empresas le falta un impulso. Así lo muestra un estudio de la Superintendencia de Sociedades en 22 mil 266 compañías del país, de las cuales el 54% sabe qué significa el término. El informe asegura que solo el 38% de las empresas estudiadas adelanta acciones en el campo, y el 14% hace un balance o reporte de lo que se hace en este aspecto (Ver gráficos).

Luz Amparo Macías, coordinadora del grupo de buenas prácticas y pedagogía empresarial de la Superintendencia, dice en el texto que el empresario colombiano ahora es consciente de que no puede seguir pensando solamente en obtener resultados económicos a costa de cualquier precio, “porque precisamente esas decisiones han conllevado problemas graves en desigualdad social, detrimentos ambientales y escasez de recursos difícilmente renovables”.

Explica que dentro de esas acciones adelantadas por los empresarios están el respeto por los derechos humanos en las actividades de la empresa; el respeto, cuidado y consideración a los clientes y consumidores; el mejoramiento de las condiciones de vida de los empleados, el respeto por la libertad de competencia; la utilización de mecanismos para evitar el soborno y la corrupción, la minimización del impacto de la actividad empresarial en el medio ambiente.

Al respecto, el docente Carlos Arturo Ruiz González, de la Fundación Universitaria Luis Amigó en Manizales, asegura que en las empresas de la ciudad se viene haciendo un esfuerzo gerencial importante en este tema, aunque no suficiente para apreciar que la responsabilidad social empresarial es el modelo de gestión prevaleciente.

“El tema necesita más desarrollo hasta que logre ubicarse como un verdadero modelo de gerencia, en donde se pase de la preocupación por una responsabilidad operacional o filantrópica a la preocupación por una responsabilidad institucional”.

Esto es, cumplir y respetar las leyes explícitas y normas tácitas que impone la economía para dar flujo al normal funcionamiento de las actividades comerciales. El cumplimiento de las leyes y de las normas mínimas de conducta que impone un mercado permite cimentar las bases para un desarrollo social responsable y sostenido”.

Se necesita más formalización

Para la funcionaria de la Superintendencia, un problema relevante es que la mayoría de compañías que emprende este tipo de acciones lo hace de una manera esporádica e intuitiva. “Son muy pocas las que tienen políticas debidamente formalizadas en responsabilidad social (alrededor del 6,2% de las empresas). Y es interesante saber que para la mayoría de esas empresas (el 58% en promedio) trabajar en responsabilidad social les ha generado también beneficios económicos y financieros y puede contribuir a la generación de ingresos y a la estrategia de la compañía”, agrega Macías.

Dice que un aspecto menos desarrollado y muy importante es la elaboración de reportes o informes de sostenibilidad, los cuales permiten que se comunique, de manera clara y oportuna, el desempeño social y ambiental a los grupos de interés que se muestran cada vez más inquietos y demandan a las empresas mayor información respecto a la manera como están asumiendo los compromisos en estos frentes.

La funcionaria afirma que cuando los empresarios inician con el proceso una dificultad principal es que implica desembolsos. “Y es razonable porque, por ejemplo, una empresa al tratar de enfocar sus estrategias preventivas no solo modificando o innovando sus procesos sino también modificando e innovando el producto y el reciclado interno le significaría la sustitución de insumos, la implementación de buenas prácticas en los procesos y, frecuentemente, cambios tecnológicos lo cual conlleva una destinación de recursos”.

Para Macías, las tareas que le quedan al empresario son organizar todo lo que hace y crear políticas claras que le permitan incorporar la responsabilidad social en su gestión y cultura organizacional con el fin de hallar una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

“Para empezar se pueden escoger actividades que no demanden recursos como las campañas de menor consumo de agua y energía y de reciclaje”, aconseja la funcionaria.

Por su parte, el docente de Manizales expresa que aunque se sabe que hay interés en la ciudad por la responsabilidad social empresarial, también han encontrado en investigaciones que la diversidad de enfoques dificulta un trato profundo y consensuado acerca del verdadero significado de ser una empresa responsable.

Tipos de acciones

El docente Carlos Arturo Ruiz González que se distinguen al menos cuatro tipos de acciones en responsabilidad social que gestionan las empresas:

1.

Responsabilidades Económicas. Se busca ser rentable para los accionistas, entregar buenos trabajos a los empleados y producir productos de calidad para los clientes.

2.

Responsabilidades Legales. Se busca cumplir las leyes y las reglas del juego preestablecidas.

3.

Responsabilidades Éticas. Se debe conducir la moral de la empresa realizando lo que es correcto y justo, evitando generar daños a terceros.

4.

Responsabilidad Filantrópica. Se deben hacer contribuciones voluntarias a la sociedad, dándole tiempo y dinero como una buena obra.

Fenalco impulsa acciones

Fenalco Caldas le apuesta a una certificación en Responsabilidad Social Empresarial, por lo que se firmó un convenio con la Corporación Fenalco Solidario en Medellín, que tiene 21 años de experiencia en estos temas, para que desde esta entidad se empiecen a acompañar a las empresas.

La Aurora Funerales y Capillas fue el primer negocio en Manizales en obtenerlo.

¿Qué es?

La Responsabilidad Social Empresarial es el compromiso de una compañía de operar de manera económica, social y ambientalmente sostenible mientras reconoce los intereses de sus públicos de interés, como inversionistas, clientes, empleados, socios de negocios, comunidades locales, el ambiente y al sociedad en general.