"No tengo miedo de utilizar la palabra subsidios": Luis Guilermo Vélez

ADRIANA OSORIO

LA PATRIA | MANIZALES

Plantea cambios en la institución ¿cuáles serían?

Trabajar en la estructura de la organización, tener mejor gobierno corporativo y más transparencia en la información. Deben haber estrictos códigos de conflictos de interés, además de una revisión de la manera como funciona el Fondo del Café, porque es un costal donde se ponen los dineros de todas las cosas y es complicado saber qué plata es para qué, cuáles proyectos tienen rentabilidad y cuáles no. En los comités debe haber mayor descentralización, pues los problemas de cada región son particulares. No se puede, desde Bogotá, diseñar políticas y soluciones de una talla para todo el país. Hay que resaltar que estos cambios son consensuados.

Muchos cafeteros dicen que se debe dejar de esperar subsidios del Gobierno ¿qué piensa?

No tengo miedo de utilizar la palabra subsidios, no es un problema. En el mundo entero se subsidia la actividad agrícola, pero los subsidios deben ser bien diseñados, bien dirigidos, deben ser temporales y medibles. No les tengo miedo a los subsidios, pero sí a diseños estilo PIC (Protección al Ingreso del Caficultor), que me parece que no fueron bien articulados, fueron muy cuantiosos, no son sostenibles, ni se pueden hacer ante la restricción fiscal del país.

¿Cómo hacer más rentable la actividad cafetera?

Esto parte de una piedra angular que es productividad. En café consiste en más variedades resistentes, métodos más eficientes y buenas prácticas, densidad en el cultivo, y creo que se ha avanzado bastante. También están los cafés especiales. La única forma de dejar de seguir dependiendo del precio de la Bolsa de Nueva York es producir un café que no se cotice en esa bolsa o que lleve una muy buena prima sobre el precio de esa bolsa. Esto es a través calidad, de especificaciones y de muy buena gestión de mercadeo y de ventas.

Hay que hablar de la reducción de costos. El mayor está en la mano de obra. El problema es más en tierras mayores. Esto se puede atacar a través de mayor productividad y desarrollos tecnológicos, que permita reducir costos en la recolección.

¿Con cuáles puntos está de acuerdo con la Misión y con cuáles no?

Lo bueno es el énfasis en productividad. Si queremos ganar plata, se necesita hacer cosas diferentes, mejores prácticas, más variedades, especialización y diferenciación en el producto. Lo malo es que en algunos casos la Misión se basa en soluciones de mercado, cuando todos sabemos que hay grandes distorsiones, con monopolios, entonces no se pueden tener soluciones que solo dependan de planes de mercado. Por ejemplo, la garantía de compra es fundamental. Además, la Federación debe seguir participando en la exportación de café, no veo por qué no, pero se necesitan reglas más claras. Lo feo es proponer cosas que no tienen lógica social ni económica, como que Colombia se lance a la aventura de cultivar robustas en la altillanura. Esto podría deteriorar la ventaja competitiva del café colombiano que es su calidad.

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