La hora de la verdad para la ILC

JUAN CARLOS LAYTON

LA PATRIA | MANIZALES

"Para nadie es un secreto el gran contrabando de Ron Viejo de Caldas que se ve por la Avenida 70 en Medellín, cerca de la Pontificia Bolivariana. Por esta razón, si con la apertura de fronteras se fortalece el mercado del ron y se controla el contrabando técnico, y si le creemos a las expectativas que tiene el gerente, diríamos que esto será maravilloso para la Industria Licorera de Caldas (ILC)".

El mismo concepto lo comparten los tres sindicatos de la destilería de Caldas, Sintrabecólicas, Sintraemilc y Sinaltralic, al consultarles por el reciente convenio de intercambio de licores que se firmó entre Antioquia y Caldas el pasado 3 de mayo, y que al parecer entrará en vigencia en septiembre próximo.

Aunque en sus respuestas se siente algo de escepticismo y hasta temores por la apertura que está por venir, también insisten en que es hora de enfrentar la competencia.

Al fin y al cabo, solo en los últimos 12 años la destilería pasó de vender unas 30 millones de botellas a tan solo 17 millones, y bajó de una utilidad de $43 mil millones en el 2004, a una pérdida de $2 mil 281 millones en el 2013.

A eso se suma el alto nivel de contrabando de ron que hoy circula en Antioquia, y que según los estimativos de la ILC y de los distribuidores, alcanza las 600 mil botellas al año, lo que les genera pérdidas a Antioquia cercanas a los $8 mil millones. En el caso de Caldas las pérdidas por contrabando de licor alcanzan los $6 mil millones.

Para el gerente de la ILC, Luis Roberto Rivas Montoya, esto evidencia que la fábrica se quedó, no por la apertura de mercados, sino por los errores comerciales y la falta de estrategias a lo largo de la historia de la que es considerada hoy la última joya de la corona de Caldas.

Al analizar el convenio, los sindicatos también expresan cierta confianza, pues creen que entre las 22 cláusulas que tiene el acuerdo hay mecanismos de protección y hasta puertas traseras para frenar el contrato, por si hay graves razones de orden económico o fiscal que impidan su ejecución.

También se basan en los mecanismos contra la evasión que allí se estipulan, el impedimento para entrar a promocionar las fiestas y festividades del otro departamento y las medidas de precios, en los que quien ingrese a la otra región deberá tener un valor de venta superior al licor propio.

"Apoyamos todo lo que sea beneficioso para la empresa. Por ahora hay que esperar resultados y ver cómo funciona este nuevo mercado, pues también hay que reconocer que los distribuidores han ido en coche al tener poca competencia", destacó Víctor Bustacara, secretario general Sintrabecólicas.

Las ventas

Las dudas de algunos diputados y distribuidores se centran en que se trata de una decisión a la ligera, pues aunque se tendrían hasta seis años para prepararse con la nueva Ley de licores, la empresa no quiere tomarse este tiempo, sino abrir sus puertas, sin estar preparado para competir.

Para el columnista Darío Arenas Villegas, el problema es la capacidad promocional que tiene Antioquia, contra la falta de estrategias comerciales de Caldas.

Las cifras que presenta cada parte también están en discusión. Los distribuidores estiman que solo en el primer año Caldas perdería el 50% del mercado del aguardiente Cristal, igual a 1,5 millones de botellas, y que al final la pérdida para el departamento sería de unos $2 mil 500 millones, contra unas ganancias adicionales de la FLA de $8 mil 500 millones.

La ILC piensa otra cosa. Aunque reconoce que en Caldas se perdería el 30% del aguardiente, esperan conquistar el 60% del mercado del ron en Antioquia, igual a unos 4 millones de botellas.

Solo este año, entrando en septiembre, la meta es que venderán entre 1,2 millones y 1,5 millones de botellas, y unas 2 millones en el 2017, con unas ventas que alcanzarían los $17 mil millones.

Lo único es competir

Por encima de estos estimativos, algunos empresarios, dirigentes gremiales y exrepresentantes del Gobierno insisten en que lo único que se tiene que hacer es competir.

Para expertos como Hernando José Gómez Restrepo, exnegociador del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, la medida no solo es buena, sino que fortalecerá el recaudo para los departamentos, sin importar de dónde provenga el licor.

"Este puede provenir de Antioquia o del exterior, pero lo más importante es que no haya contrabando de licores y que se paguen los impuestos adecuadamente", destacó.

Para el dirigente, es ilógico que hoy el país hable de grandes acuerdos comerciales con otras naciones, y se esté en mora de hacer un acuerdo comercial de licores dentro del mismo país. "Ojalá se haga con otras regiones. Estoy seguro de que esa competencia y esa capacidad de emprendimiento que tiene Caldas le permitirá aprovechar ese gigantesco mercado", resaltó.

¿Puede desaparecer el aguardiente cristal? Para los empresarios no es tan factible que esto suceda, justo cuando también es un producto que incluso tiene reconocimientos mundiales, como el sello internacional de calidad del Instituto Internacional de Sabor y Calidad (ITQI, por sus siglas en inglés), organización independiente de Chefs y sommeliers dedicada a catar y promover los alimentos y bebidas.

El empresario pensilvanense Héctor Mejía, presidente de Arme, cree que lo que se requiere es dejar de pregonar tanto la calidad de los productos y salir a demostrarlo.

Tampoco tiene sentido mantener un monopolio, pues de acuerdo con Juan Eduardo Zuluaga Perna, presidente de la Andi Caldas, lo único que ha hecho esto es llevar a la quiebra a un montón de licoreras, sin mayores beneficios para el país y para el consumidor.

Para Jaime Yepes, presidente de Sintraemilc, el temor es que no se mantenga la calidad del ron, con las compras de alcohol tafias de otros países, pues la ILC mantiene su planta de destilación cerrada.

Según Rivas, esa garantía se mantiene, pues se hacen estudios muy serios, para determinar esas compras, considerando además que por ahora hay un alto nivel de inventarios.

Para la Andi, se tiene que confiar en la calidad del producto para sobrevivir, y esto tampoco se logra cerrando fronteras, pues el futuro es salir a conquistar otros mercados.

Septiembre es la fecha cero para la ILC. Gremios y analistas lo consideran como la "hora de la verdad" para una empresa que desde hace años va para atrás.

¿Qué opina de la apertura de fronteras?