JUAN CARLOS LAYTON
LA PATRIA | MANIZALES
"La principal tarea ha sido cuidar el aviso y eso se los inculco mucho a mis hijos", resalta don Héctor Mejía con algo de humor, mientras cuenta la historia de sus industrias y su trayectoria empresarial que lo hicieron merecedor este año del galardón Caldense del Año 2017, que entrega anualmente LA PATRIA.
No le gusta comentar mucho sobre sus logros y menos del trabajo social, pero sí resalta en medio de anécdotas y dichos algo que aprendió de su padre, Mauro Mejía Botero: "Para estar bien y disfrutar de alguna comodidad, hay que pensar en los demás. Yo para qué quiero dos almuerzos si no soy capaz de comerme si no uno", expresa don Héctor, con 44 años de historia empresarial.
Sus familiares y amigos lo califican como juicioso y estricto, pero él mantiene una especie de control. En su oficina tiene colgada la foto de su padre, a quien califica como su maestro y mentor, y quien le enseñó el camino de la rectitud. Allí aparece con una mirada seria y hasta regañona. "Eso me sirve para estar muy atento y no desviarme del camino", dice, mientras vuelve y mira la foto en blanco y negro.
Cuando se le destaca su labor, de nuevo lo agradece, y da gracias, pero con humildad sostiene: "Uno con los años aprende que las cosas buenas no lo deben emocionar tanto, ni que lo desborden; ni que las malas lo destruyan. Por eso me he sabido sobreponer a lo bueno y a lo malo", afirma. A partir de los testimonios de varios de sus amigos y familiares, LA PATRIA presenta un breve perfil.
Obras sociales
Cuando se le pregunta por la cantidad de obras sociales y programas que hizo para la comunidad y sus empleados, asegura, con cierta modestia, que hay una gran autora detrás. "Tengo la fortuna de tener una esposa muy social y trabajadora, ella siempre me condicionó los negocios, que los lleváramos a cabo, pero si trabajásemos en la parte social".
Entre las obras que recuerdan sus amigos, familiares y el padre Alirio Ramírez, de la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Arauca, se mencionan el trapiche comunal de la Asociación Paneleros de Morrón, donde tiene 25 asociados mayores; el hogar para ancianos en La Enea; el programa Madres Gestantes Ilusionarme, que opera en Pensilvania, Manzanares, Chinchiná y Arauca; el hogar de paso El Refugio para jóvenes de Pensilvania que vienen a estudiar a las universidades de Manizales. También impulsa un programa de equinoterapia para niños con Síndrome de Down y limitaciones físicas. Todos están patrocinados por la Fundación Arme.
En frases
* A uno le apuntan lo bueno y lo malo, y uno cree que no se están fijando en uno, y sí, la gente se da cuenta de lo que hace uno y para dónde va.
* La familia, ese es mi verdadero patrimonio. Tengo tres hijos, seis nietos y una esposa ejemplar. Ella es el soporte del área social de todas las empresas.
* "El emprendimiento no es más que arriesgar, pero si está seguro de lo que sabe, arriesgue, que le puede ir supremamente bien. También debe tener buena información y dinámica".
* "Lo único que le pido al próximo Gobierno es seguir con la paz, pueden existir muchas imperfecciones, pero es necesaria, hay que creer en este país, porque tenemos mil posibilidades".
Sus empresas
Arme nació de una percepción de Héctor Mejía, y es que en Manizales hacía falta un negocio de distribución grande, pues toda la mercancía para las ferreterías llegaba a Pereira. Recuerda que el primer negocio lo montó en 1974 en la Galería, cerca del parque Liborio, allí vendió de todo un poco y con un capital de $400 mil. Al cabo de un año ya importaba mercancía, incluyendo goma laca, materia prima para la fabricación de barnices y colorantes, aunque el resultado al principio no fue exitoso. También trajo canela, cominos y demás insumos, que acabaron con su capital inicial.
Después de repensar el negocio y pasarse a la calle 25 con carrera 19, donde hoy está Armetales, comenzó con la venta de lámina, hierro y construcción, y parafina.
Posteriormente, ante la alta dependencia y larga espera para recibir materias primas como puntillas o grapas, que traía de Medellín, Mejía decidió montar en Villamaría, en 1980, Trefilados de Caldas. Esto a raíz de la buena demanda, ante la bonanza cafetera (1975-1980) Después se asoció con el grupo Belga Bekaert, al que después le vendió el 100% de participación.
El desarrollo e impulso de nuevos proyectos llevó a que Arme se ampliara y se consolidara como industria metalmecánica de transformación de láminas y fábrica de tuberías metálicas. Hoy, Arme se encuentra en Chinchiná, cuenta con 250 empleados. Del grupo empresarial Arme hacen parte Arme, Armetales y Armotor. Asimismo, nacieron otras dos industrias, incluyendo Visión Metálica y Solimet, de estructuras metálicas.
Mayor felicidad
Sus amigos y familiares coinciden en lo mismo. Para Héctor Mejía no hay mayor felicidad que compartir con su familia, hijos, sus nietos y bisnietos. Aseguran que hay una integrante de la familia que lo tiene literalmente loco, su primera bisnieta, Antonia, de seis años, nieta de su hija Clemencia. También exaltan su agradecimiento a Dios y la vida.
Tristeza
Dicen que pocas veces lo ven triste, sin embargo, el mayor dolor y tristeza fue cuando se le murió su padre, don Mauro Mejía, hace 19 años, y su madre, Elena Aristizábal, hace 41 años.
Fortaleza
Le resaltan su persistencia y emprendimiento. También su temple, tesón, rectitud y exigencia, sentido social y amor por los demás. Es calificado como un hombre muy creyente y católico.
Gustos
Los caballos. Tanto sus familiares como amigos y él mismo coinciden en que le encantan los caballos finos, de paso y trotones. Es su principal hobby. También resaltan su apoyo para conseguirle empleo a la gente. Su oficina en la torre Casa Lúker, a veces, parece una embajada de la gente de Pensilvania y del oriente de Caldas. Dicen que cuando va a Pensilvania casi siempre regresa con cinco o seis hojas de vida. En sus empresas ha generado unos mil empleos.
Lunares
Aunque es su fortaleza, dicen que a veces es demasiado exigente y estricto. Casi siempre cita una frase de su padre: "Que las cosas se hagan con mucho fundamento". Cuando se le habla de ese lunar dice: "Tengo una férrea disciplina, me gusta y la exijo, aunque a veces me critican de exagerado".
Frustración
Entre las cosas que más lo frustran es cuando confía una labor y las cosas no se hacen bien.
Triunfo
Cada vez que logra sacar adelante un proyecto social, no solo se convierte en su mayor felicidad, si no en su triunfo personal. Otro atributo es la confianza y credibilidad que genera. "Así sea por el hablado", dice don Héctor, quien recuerda que alguna vez iba a comprar ganado y no le alcanzó el dinero, pero el señor le dijo que se lo llevara y que le consignara después. "Es que si usted con esa cara que tiene, roba, estamos jodidos", recuerda don Héctor, en medio de carcajadas.
Sensibilidad
Lo destacan como un hombre cívico, al que le gusta ayudarle a la juventud y la sociedad. Sensible y entregado a su familia y que además le duelen los infortunios de los demás. Su principio es servir.
Disgusto
Esa rectitud y principios de organización, también hacen que se disguste cuando las cosas no se hacen bien. "Eso lo descompone demasiado", resalta su esposa, Dora Franco.
Sueño
Casi todo lo logró. Sin embargo, siempre quiso tener mucho ganado, pero su dedicación empresarial se lo impidió. Él dice que su gran sueño ya lo cumplió: tener una familia ideal.
Opinan
* María Elena Mejía (hermana)
Dedicado y especial. Su infinita generosidad es increíble. Nos ha dado muchos ejemplos de vida, como tener claro que los negocios no solo son para la lucrarse, sino para compartir con los demás.
* Dora Franco de Mejía (esposa)
Ha sido el motor de grandes obras sociales y eso nos lo contagia a todos. Lo admiro y quiero demasiado. Tenemos 54 años de casados y cada vez es más indispensable el uno para el otro.
Hernando Alonso Buitrago, grupo Varykunia
Durante años se ha apropiado de muchas causas sociales para productores agropecuarios, ancianos, madres gestantes, niños. Es un ejemplo de vida, solidaridad y dedicación.
Fabio Alberto Ramírez, expersonero de Pensilvania
Siempre ha sido un hombre solidario con las familias más necesitadas, acoge a sus paisanos y demuestra sentido de pertenencia. Nunca se ha olvidado de su terruño, viene con mucha frecuencia.
Óscar Iván Zuluaga Escobar, exministro de Hacienda:
Es el justo reconocimiento a un líder que se ha forjado con honradez, trabajo y responsabilidad social. Reivindica los más connotados valores de nuestra raza caldense.
Padre Alirio Ramírez, parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Arauca:
Él y su familia son muy creyentes, ese amor a Dios es la base de todos. Se suma la unidad familiar, y siempre trabajan en comunidad.
Jhon Jairo Quintero, Cámara de Comercio de Chinchiná
Siempre ha trabajado en pro de la generación de empleos dignos y de calidad y ha creído en Chinchiná mucho más que algunos chinchinenses. Es un digno ejemplo para Caldas y el país.
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