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Renovar y renovar. Esta es la principal tarea que tiene en mente el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, en especial este año, donde algunos productores temen que ni siquiera se llegue a las 60 mil hectáreas.
Sin embargo, Vélez Vallejo mantiene su optimismo de alcanzar las 80 mil hectáreas, aunque reconoce en que el país debe mantener una meta siquiera del 10% de las hectáreas sembradas, unas 90 mil áreas por año.
También resalta que aunque el país se dejó deslumbrar por el petróleo, el carbón, y el oro, resulta que el café es el que le está dando hoy fuelle a la economía colombiana otra vez.
Renovación
¿Porqué ha habido una renovación tan baja este año de café que no alcanza las 40 mil hectáreas?
Este año llevamos 38 mil hectáreas y con el apoyo del Gobierno Nacional y del Fondo Nacional del Café (FNC) salimos con un programa para empujar por lo menos otras 26 mil hectáreas, sumado a lo que haga el productor. Hemos sido claros durante esta administración en decir que ahí está parte del misterio de lo que puede hacer la caficultura en Colombia. Necesitamos renovar una cifra cercana al 10% del área, o sea unas 90 mil hectáreas al año, si no queremos que la edad promedio comience a subir y mañana se tengan menores productividades.
¿Pero ya hay un envejecimiento de la caficultura como dicen algunos productores?
En la medida en que no se consiga la meta del 10% del área de renovación, la edad promedio de la caficultura subirá.
- ¿Cuánta plata se tiene prevista para esa renovación?
Tenemos $10 mil millones, de los cuales $6 mil 100 millones pone el Gobierno y $3 mil 900 millones el FNC para dar un incentivo de $150 por árbol en fertilizante, para renovación por zoca o por siembra nueva para productores de menos de 5 hectáreas. El Gobierno Nacional dispuso de un plan de Líneas de Crédito (LEC) y de Incentivo a la Capitalización Rural (ICR) y además le incluyó unos $25 mil millones para apoyar todo el plan de renovación. Con ello la meta es apuntalar las 26 mil hectáreas que le digo, más unas 15 mil de cuenta de los cafeteros, con lo que pensamos llegar a unas 80 mil hectáreas. Un poco por debajo de la meta, pero es algo en lo que no podemos parar.
- ¿Pero porqué les cogió la noche?
Honestamente, por falta de recursos del Gobierno Nacional. Solo hasta que hubo un incremento presupuestal, nos dieron la plata.
- Algunos cafeteros están inconformes con que tengan que hacer un crédito para ello ¿qué pasa para quiénes no son sujeto de crédito, por ejemplo?
El apoyo de los $25 mil millones los da el Gobierno y es quien decide la forma de entregarlos vía crédito. También es claro que, por el momento, los otros $10 mil millones se darán solo hasta 5 hectáreas.
Rentabilidad
- Otra meta ha sido mejorar la rentabilidad del sector, ¿cómo va eso?
Yo hablo de muchas cosas, pero no se distraigan, porque no podemos quitar de la mira esta propuesta. Si cerramos este año como vamos creo que tendremos un segundo año bueno, con una caficultura rentable, pero es claro que el aumento de la productividad está de cuenta de la nueva variedad Cenicafé 1, que tendrá unas densidades mayores.
- ¿Cómo va esa repartición de semillas?
Ya comenzamos, este año son unas tres toneladas y con esto espero que mejoremos la producción por hectárea. Sobre precios internacionales, esta es una variable que uno toca, pero seguimos promocionando los cafés especiales, donde cada vez vemos más espacio. Por el lado de los costos, trabajamos en los equipos para mecanizar la recolección del café y que se logre una recolección más eficiente con las nuevas variedades de café.
- ¿Tienen una meta en productividad?
Hoy producimos unos 18 sacos por hectárea. Me gustaría llegar, por lo menos a 22 y esto no es impensable, porque aquí hay regiones como Palestina de hasta 35 y 40 sacos, pero el promedio nacional sigue siendo muy bajo.
Recolección del café
- ¿Cómo va la oferta de equipos para que los cafeteros los empiecen a utilizar?
Vamos adelante, con los brasileros trabajamos para la adaptación de la derribadora del café más adecuada a nuestra topografía. Abrimos una convocatoria internacional, para conocer nuevas propuestas, con la oferta de que si su tecnología es funcional para nosotros, nos comprometemos a acompañar su proceso de producción. El proceso durará unos ocho meses. Ojalá el otro año tengamos buenas respuestas.
¿Y con respecto a la meta de reducir los precios de los fertilizantes, qué ha pasado?
Usted recuerda que estuvimos en Rusia, se contactaron las fábricas y una de las grandes productoras mostró su interés. Ojo, esos fertilizantes llegarán a Colombia. ¿Cuándo?, no sé, ¿cuánto?, tampoco, y ¿a qué precio?, espero que sea menor, tal y como se los prometí a los cafeteros. Claro que, aunque a mí no me gusta cobrar, el precio sí ha bajado con respecto al valor en que estaba cuando yo llegué a punta de ponerles competencia y de hacerles fuerza, porque saben que de lo contrario se vendrán importaciones directas en forma.
Impulso nacional
- Usted ha insistido en que el café le volvió a dar impulso a la economía nacional
A la gente como que se le olvidó el café. Este producto se había vuelto un lío en Colombia debido al problema de rentabilidad, más por la tasa de cambio que por la misma productividad. Sin embargo, aunque nos dejamos deslumbrar por el petróleo, el carbón, y el oro, resulta que el café es el que le está dando hoy fuelle a la economía colombiana otra vez.
-¿Cuánto ha sido ese aporte?
Cuando le mostré al Ministro de Hacienda las cifras del valor de la cosecha de este año que puede llegar a los $8 billones se le salían los ojos, porque sí que es un empujón de por lo menos medio punto al Producto Interno Bruto (PIB). Si hoy no estuviéramos en el punto en que estamos en café, se tendría una economía muy enredada, con un crecimiento menor.
- ¿En su concepto cómo termina este año?
Terminamos un año que comenzó muy complicado por las intensas lluvias del primer semestre, pero de acuerdo con los estimativos vamos a cerrar con una producción entre los 14 millones y 14,2 millones de sacos, con algo muy importante, que es el valor de esa cosecha cafetera, tanto para los cafeteros como para la economía colombiana. Desde el punto de rentabilidad, si bien los cafeteros no nos hemos vuelto ricos, sí podemos decir que el sector termina con un negocio que es rentable que le permite al productor pagar sus deudas y enfocarse en la inversión cafetera.
Frase
"Esperamos que en el 2018 nuevamente podamos continuar con el proceso de renovación cafetera, llegar a unas 90 mil hectáreas y si el clima nos acompaña, esperamos nuevamente mantenernos entre 14,2 millones y 14,5 millones de sacos".
Centrales comunitarias
De acuerdo con la Federacafé la meta nacional es montar centrales de beneficio comunitarias como las que se han programado en Caldas y que ya se adelantan en varios municipios del país. "Eso nos quitará todos los problemas porque se reducen costos y disminuye la contaminación".
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