JUAN CARLOS LAYTON

LA PATRIA | MANIZALES

Satisfechos se encuentran varios empresarios y dirigentes en Manizales, luego del reporte que ubicó a la ciudad en el sexto lugar entre las regiones más competitivas del país, según el Índice de Competitividad de Ciudades (ICC), realizado por el Consejo Privado de Competitividad (CPC) y la Universidad del Rosario.

El reporte destaca que la capital caldense está entre las ciudades intermedias mejor ubicadas de Colombia, después de otras más grandes, como Bogotá, Medellín y Cali, e intermedias como Tunja y Bucaramanga.

Sin embargo, la satisfacción no es completa, al revisar los 13 pilares, 27 subpilares y 104 indicadores duros del informe. Para algunos dirigentes, hay que lograr que el conocimiento cree nuevos productos innovadores para tener inversión, inserción escolar en educación básica y primaria, empleo y mayor capacidad de absorción.

Esto apunta a que la investigación científica se vincule más a los procesos productivos de ciudad y haya más pertinencia, para que lo que se investigue sea lo que el sector empresarial y social necesite. De ahí que el llamado es a celebrar el reporte, pero recibir estos resultados con humildad.

A continuación, algunos conceptos del Consejo Privado de Competitividad, de la academia, de un analista económico y de la misma alcaldía, basados en el informe que publicó LA PATRIA el pasado 18 de octubre, bajo el nombre "Lo bueno, lo malo y lo feo en el ranking de competitividad".

A potenciar la diversificación

Clara Inés Pardo Martínez, coordinadora Centro de Estudios Competitividad U. del Rosario.

Es importante el trabajo que realiza la ciudad para mantenerse y tener un enfoque en educación y formación superior, pero sí es necesario que el trabajo en ciencia y conocimiento se aterrice en formación para el trabajo, y no se descuiden aspectos que la ponen en el último lugar en educación básica y media. Manizales está preparándose para todo lo que viene en transformación digital y la felicito, pero tiene que potenciar más la sofisticación y diversificación de sus mercados, y trasladar todo ese conocimiento que tiene al aparato productivo de la ciudad.

Traducir las oportunidades

Juan Felipe Jaramillo Salazar, secretario de las TIC y Competitividad.

Lo más importante de este informe es reflexionar sobre una realidad que hoy se tiene en plena pandemia y que permite entender que la competitividad no solo es de una administración, sino de toda una ciudad para generar un plan de trabajo que articule todos los sectores de la región. Es una muestra de que hay que seguir consolidando lo que está bien, y enfrentar lo que no lo está, entendiendo los criterios de sostenibilidad y siendo conscientes de que el conocimiento que se genera debe encaminarse a todos los sectores de la economía. Si hoy tenemos una cantidad de investigadores, la pregunta es cuántas de esas investigaciones utilizamos para beneficiar a la región. Hay que lograr que el conocimiento cree nuevos productos innovadores para tener inversión, empleo y mayor capacidad de absorción. Ahí es donde necesitamos que la universidad se unte un poco más de barro, deje de ser tan sofisticada y genere resultados concretos. También tenemos que mirar esas brechas que muestra el estudio, caso la educación básica y primaria, porque aunque nos metimos en el tema de la calidad, falta mayor cobertura y atención y es un factor que no podemos descuidar.

Con humildad analítica

Alejandro Barrera, magíster en Economía:

El reciente índice de competitividad ICC 2021 debe ser analizado con humildad analítica. Ser la sexta ciudad más competitiva del país significa que entre las 32 ciudades capitales, Manizales tiene unas cualidades superiores que son ventajas para crecer potencialmente en el mediano y largo plazo. Es el caso de educación superior, innovación, TIC, sostenibilidad y mercado laboral. Sin embargo, no todo es para aplaudir porque hay factores que pueden limitar ese crecimiento potencial, siendo con los datos actuales del índice unas desventajas competitivas como son sistema financiero, sofisticación y diversificación, salud, educación básica y entorno de negocios. Al desagregar cada uno de los indicadores, el paso siguiente es generar una conversación de ciudad entre instituciones dolientes y hacer pactos sinceros de alcance y responsabilidad, que permitan entender las posiciones y puntajes menos favorables y establecer rutas de mejoramiento que puedan ser identificadas con éxito para las próximas mediciones. Este tipo de ejercicios son inútiles si se subraya lo bueno, se ignora lo malo y nos cruzamos de brazos esperando resultados el próximo año.

Investigación aplicada al trabajo

Duván Emilio Ramírez, rector de la U. de Manizales:

Es importante mantener el sexto lugar, aunque no necesariamente indica que hayamos mejorado. De pronto nos mantuvimos, en la medida en que las demás ciudades del país no lograron avances importantes. Sin embargo, hay aspectos positivos, caso la educación superior. En contraste la básica y media está en el puesto 12, lo que muestra que hay que darle un impulso. También es vital mirar cómo esa productividad científica la podemos vincular a los procesos productivos de ciudad. Que nuestras investigaciones tengan un nivel mayor de pertinencia y que lo que investigamos sea lo que el sector empresarial y social necesita, es un trabajo urgente que se tiene que hacer. También necesitamos mejorar la conectividad, necesitamos un esfuerzo del Estado para que las personas de menores ingresos accedan a internet, las posibilidades del conocimiento están ahí, en la medida que las personas se puedan conectar. Se necesita que ese nivel de competitividad de la ciudad se refleje en nuevas fuentes de trabajo que impulsen ese mercado laboral y se atraiga inversión. También hay que mejorar y diversificar esa canasta exportadora de la ciudad.

Primera en el Eje

El resultado ubica a Manizales como la primera del Eje Cafetero. Pereira fue octava y Armenia siguió en el noveno lugar.