2018, un año con grandes desafíos económicos

JUAN CARLOS LAYTON

LA PATRIA | MANIZALES

Después de terminar un año en el que reinó la incertidumbre económica, se inicia un 2018, calificado por expertos como de grandes desafíos.

Aunque con el inicio del año nuevo, se renueva la confianza y la mayoría de gremios, incluyendo la Asociación Nacional de Industriales (Andi) confían en que se retome el rumbo de crecimiento, también reconocen que la situación no pinta fácil.

La mayor preocupación se centra en la elección de un nuevo Gobierno, por lo que se espera que los candidatos desarrollen discusiones serias y profundas sobre los grandes temas económicos y sociales, fundamentales para el país.

"También esperamos que los temas de la política de desarrollo productivo sean fundamentales en las propuestas. Y, por supuesto se deben incluir los grandes retos sociales y de equidad", propuso en su editorial Bruce Mac Máster, presidente de la Andi.

Los fenómenos

Sin embargo, las decisiones y medidas de fondo no se ven para este año, teniendo en cuenta que el nuevo presidente asumirá desde el 7 de agosto del 2018. Eso parte el año en un primer semestre de espera, y un segundo de incertidumbre electoral.

En Caldas, los gremios y empresarios confían en una mayor dinámica, pero reconocen que no hay una buena expectativa, ante el rigor de la reforma tributaria, en especial por los impuestos de renta que golpearán con mayor fuerza a la clase media, que es la que jalona el consumo.

Café, con dudas

En la parte agrícola, en especial en café, tampoco se ve una mayor dinámica, debido a las intensas lluvias que podrían repetir las bajas cosechas del año pasado en la región, diferentes a las altas producciones que se lograron en el país, cercanas a los 14,2 millones de sacos.

Para Juan Eduardo Zuluaga Perna, miembro de la junta directiva de la Andi, el 2018 se podría calificar como de optimismo moderado, con una mejor situación para las exportaciones,

menor para las productoras locales y una tasa de ocupación que no mejorará.

A eso se suma la expectativa de que industrias como Mabe, entre las mayores generadoras de empleo de la región, mantenga una baja producción, por cuenta de la regular demanda internacional.

De acuerdo con Duván Emilio Ramírez, decano de la Facultad de Ciencias Contables, Económicas y Administrativas de la U. de Manizales, hay confianza, pero tampoco se puede pedir un gran salto.

El mayor logro se centra en que el país termina el 2017 con indicadores que reflejan la solidez de la economía, percepción que también contemplaron las calificadoras de riesgo, por lo que se mantuvo el grado de inversión, aunque la Agencia Standard and Poor's (S&P) rebajó la calificación crediticia (BBB), lo que se califica como una señal de alerta en lo fiscal y de crecimiento.

La conclusión es que hay un panorama más claro, pero persisten los interrogantes.

Crecimiento

Los expertos estiman que el crecimiento del país estará entre el 2,2% y el 2,4%, un leve incremento frente al 2017, que podría terminar con una tasa entre el 1,7% y el 2%. Entre los hechos positivos se destacan un entorno global más favorable, una reactivación de la inversión productiva, una inflación controlada, una política monetaria más tranquila y un impulso de la infraestructura. Sin embargo, esto se espera con mayor fuerza, una vez concluya el proceso electoral.

Inversión extranjera

Según los gremios, la mayor expectativa se centra en la inversion extranjera y en la confianza que genere el país, después del proceso electoral. Mientras tanto se teme que haya un compás de espera de los inversores, con un semestre muy quieto y desacelerado. El segundo podría ser mejor, pero todo estará marcado por si hay o no segunda vuelta, hecho que aumenta la espera.

Exportaciones

Entre julio y septiembre, Caldas fue el mayor exportador del Eje Cafetero, con un total de 253,2 millones de dólares, unos $736 mil millones, el 55,7% del total regional. Esto hace que la industria se mantenga optimista, en parte por que cerca del 45% de sus exportaciones se han diversificado, y no dependen del café, lo que aumenta el flujo de ingresos. Para las empresas que no exportan y dependen del consumo interno, la expectativa es menor, ya que se espera una demanda controlada.

Agricultura

El café se convierte en el producto agrícola con más peso en el Eje Cafetero. Caldas registró exportaciones por 141,5 millones de dólares, unos $411 mil millones, el 55,9% de sus ventas totales. Para este año podrían decrecer ante la baja cosecha de fin de año y el efecto del invierno que podría impactar la producción de mitaca o de mitad de año. También se esperan los nuevos planes y ayudas de renovación para que la caficultura no se envejezca. El año pasado Caldas renovó unas 8 mil 400 hectáreas. La meta eran 9 mil.

Industria

Entre enero y septiembre del 2017 el Eje Cafetero reportó un crecimiento de la producción industrial del 4,1%, mientras que las ventas crecieron en el 3,2%. Eso genera un mayor optimismo, frente al bajo crecimento nacional, del 0,7% y del -0,1 en ventas. Para la Andi eso ratifica la importancia de adoptar estrategias de industrialización orientada a generar un panorama favorable para el crecimiento, la inversión, la generación de empleos formales y de calidad.

Inflación

En lo corrido del año, Manizales se convirtió en la ciudad con mayor inflación del país, con una tasa del 4,71% a noviembre. La expectativa nacional es que este año la tasa de inflación esté más controlada y no se presenten fenómenos adicionales como paros o problemas climáticos que alteran el precio de los bienes, en especial en Manizales, donde se estima que el 70% de los productos perecederos se trae de otras regiones del país.

Desempleo

Aunque Manizales se mantiene entre las 12 ciudades con menor desempleo del país, la preocupación se centra en que no hay resultados contundentes para reducir la tasa a un dígito. Entre septiembre y noviembre ese indicador pasó del 5,7% al 6,6%, lo que en cifras reales evidencia que se pasó de 12 mil personas en estas condiciones a 14 mil. Algunos expertos dudan que este año se logre una reducción, en parte por la desaceleración de la industria y el regular consumo nacional.