Un chileno celebró a la distancia el triunfo de su Selección

Oscar Giraldo

LA PATRIA | MANIZALES

Francisco Pino llegó a Manizales desde Los Ángeles, municipio del centrosur chileno, para competir en el Festival de La Montaña. Ayer, desde el hotel Carretero, en donde se hospeda, sacó tiempo para apoyar a la Roja en el juego con Colombia.

El atleta confesó que no sabe mucho de fútbol; lo suyo es trepar cimas. Cada jugada de su Selección la celebró con mesura. Primero llegó el gol de Arturo Vidal, se llevó las manos a la cabeza de la emoción, pero el VAR apagó la felicidad momentánea.

Desde un inicio creyó que Colombia se llevaría el triunfo. En cada jugada peligrosa de la tricolor respiró profundo y se emocionó con las arremetidas de su equipo.

Llegó el segundo tiempo y hubo más tensión. Nuevamente gol de Chile, esta vez de Charles Aránguiz. Francisco esperó y nuevamente el VAR salvó a Colombia. No lo podía creer; siguió sentado, calmado.

Finalmente llegaron los tiros desde el punto penal. El atleta austral no se inmutó, permaneció calmado y por cada colombiano que pasó, en voz baja decía que lo iba a botar. Al final acertó con el cobro que falló Tesillo y con calma festejó.

A Francisco lo cogió el título de la Copa América en Estados Unidos, que ganó Chile, descendiendo del cerro Pilque. Recordó los gritos de la gente en el pueblo de Antuco.

Esta vez espera llevarse para su tierra natal el triunfo en el kilómetro vertical y en la prueba de 42 kilómetros. Sabe que, contrario a la Selección, no lo recibirán en medio de festejos. Espera que algún día los triunfos de otros deportistas sean tan renombrados como el papel de la Roja.

De los gritos a la resignación

En la plazoleta de comidas del Centro Comercial Fundadores hubo espacio para los amantes del fútbol. Allí gritaron, aplaudieron a la Selección Colombia y las camisas amarillas abundaron.

Resignados, algunos cabizbajos, recibieron la derrota de la Tricolor en la lotería desde el punto penal. Aplaudieron lo que hizo el equipo y reconocieron la superioridad de los chilenos, a quienes destacaron como justos ganadores.