Pánico en el avión que transportaba al Deportivo Pasto

Osvaldo Hernández

LA PATRIA I Manizales

El susto más grande de su vida lo pasó Néstor Otero abordo de un avión. Recuerda que siendo técnico del Deportivo Pasto se subió a una areonave para viajar de Pasto a Cali y posteriormente a Barranquilla, donde un día después jugaron con el Atlético Junior.

El aparato despegó sin problemas, pero unos minutos después se estalló una de las llantas del tren de aterrizaje.

Todo fue caos cuando les avisaron lo que había sucedido. El avión empezó a dar vueltas para agotar la gasolina que llevaba y perder peso. Adentro, el pánico se apoderó de todos. Mientras unos oraban, otros lloraban y los demás se abrazaban. Todo era angustia.

"Me acuerdo que empezamos a volar bajito sobre el aeropuerto de Palmaseca y vimos los carros de bomberos y las ambulancias listas para atender la aterrizada de emergencia", recuerda Otero que ha dirigido dos veces al onceno pastuso.

La solución, según lo que les dijeron, era que aterrizar de "barriga": "Vino un técnico y con un destonillador bajó el tren de aterrizaje que tampoco obedecía desde la cabina. Y así aterrizamos, en medio del pánico y la tensión de la gente que estaba afuera. Fue un susto muy grande finalizar ese vuelo con una llanta estallada".

Deportivo Pasto fue a Barranquilla, jugó el partido, regresó a su sede y cuando pasó por Cali ahí estaba la aeronave, todavía varada.

"Es el susto más grande que he pasado en mi vida. Aún lo recuerdo y eso no se lo deseo a nadie".

Otero dirige hoy al Deportivo Llacuabamba de Perú. En su carrera ha pasado por Deportes Tolima, Deportivo Cali (2), Deportivo Pasto (2), Deportivo Pereira, Real Cartagena, Atlético Huila (2), Deportes Quindío, Cúcuta Deportivo, Santa Fe, La Equidad, Águilas Doradas Rionegro, Cortuluá y Deportivo Llacuabamba (Perú).