Osvaldo Hernández
LA PATRIA | Manizales
Nada le faltó a Óscar Perea Botero para hacer en el baloncesto caldense. Fue jugador, árbitro y dirigente. Como jugador le cumplió al Instituto Universitario cuando era estudiante; como árbitro, los 20 años que pitó hablan de su trayectoria, y como dirigente, es reconocido como el mejor en toda la historia del deporte de la cesta en Caldas.
A Perea Botero le decían "El Flaco" en la Universidad de Caldas, donde se graduó como médico veterinario zootecnista.
Llegó al baloncesto por accidente. Si bien es cierto que era jugador del colegio, en interclases, tampoco era su prioridad. Un día, en un interclases no había árbitro y Gilberto Orejuela (jugador campeón nacional con Caldas en 1936), el preparador físico del Universitario, buscó un voluntario, Perea Botero levantó la mano y pitó 20 años.
Para impartir justicia con criterio hizo un curso con Armando Morales Benitez y se consolidó nacionalmente.
Perea Botero tiene frescas dos vivencias como juez del baloncesto. La primera le sucedió en Pasto, en una final nacional mayores que le ganó Valle del Cauca a Nariño: "Tuvimos que salir en patrulla, casi nos matan. La gente quería que el local ganara y eso no sucedió. Nos echaron la culpa a nosotros y si la Policía no aparece nos matan".
La segunda le sucedió en 1977 en un Nacional de Pereira: "Valle tenía un jugador de apellido Abadía muy aburridor, todo lo discutía. Hasta que paré el partido y le dije, usted, o se dedica a jugar lo o echo y me dijo echeme, y lo eché".
El ciclo de 20 años como árbitro se acabó y apareció el Perea Botero como dirigente; llegó a la Liga. Allí estuvo 9 años, entre 1980 y 1989, año en el que, con un grupo de amigos (Iván Escobar y Ciro Pineda), armaron el proyecto del equipo profesional. La primera experiencia tuvo tanto éxito social y deportivo que quedaron campeones con el equipo que patrocinaron Aces y el Banco Cafetero. En ese grupo, dirigido por Jorge Cárdenas, estuvieron Víctor Lever, Napoleón Peteway, Ron Davies, Washington Vargas, Miguel Ángel Gómez, Humberto Acevedo, Daladier Damarchy, Daniel Estrada, Boris Moscarella, Randy Stephens, Jimmy Mosquera, Ricardo Germán Gallo y Elkin Valencia.
Perea Botero no olvida la historia que vivió con el jugador Ron Davies: "Un gran deportista. Un día teníamos un partido muy importante, llegó a la oficina y dijo que si no le daba 400 dólares del contrato no jugaba. Le respondí que ahí no los tenía, pero que al día siguiente se los conseguía. Me insistió que se los tenía que dar ya. Entonces le dije que iba a ir al DAS y lo iba a denunciar por estar jugando por el permiso que tenía, lo que le daría la deportación inmediata. A los 5 minutos estaba en el camerino, cambiandose para jugar (risas)".
Recuerda también la noche que llegó el Comandante de la Policía al Coliseo Mayor y lo amenazó con detenerlo: "Estábamos en una fiebre de baloncesto total. El Coliseo parecía lleno, afuera había mucha gente y las taquillas estaban abiertas. El señor llegó y preguntó que quién era el responsable y le dije que yo. Entonces me dijo, o cierra ya las taquillas o lo detengo a usted porque aquí no cabe más gente. Me tocó cerrar la taquilla".
Perea Botero sacó campeón al equipo en 1989 y 2000. Hoy, con 80 años, casado con Susana y padre de Luz Adriana, está dedicado a la academia y es uno de los socios fundadores de la Federación Nacional de Citricultores.
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